TEGUCIGALPA (AP) - Las grietas entre los partidarios del gobierno golpista de Honduras parecían ahondarse el miércoles, cuando algunos líderes empresariales ablandaron su oposición a que se reintegre al depuesto presidente Manuel Zelaya, y ciertos legisladores amenazaron con revocar un decreto de emergencia que limita los derechos civiles
Zelaya dijo el martes por la noche que estaba alentado por un plan propuesto por una influyente cámara empresarial de reintegrarlo en su cargo y acabar con la crisis.
El plan incluye traer tropas extranjeras a Honduras para asegurar que si Zelaya regresa a la presidencia, cumplirá su parte de la propuesta de un mediador internacional para que se limiten estrictamente sus poderes.
Los legisladores, entretanto, dejaron en claro que el Congreso revocará el decreto de seguridad de emergencia si el gobierno interino no lo hace, afirmó el martes Rigoberto Chang, un congresista del conservador Partido Nacional. El Congreso tiene el poder de suspender o modificar el decreto.
El presidente de facto Roberto Micheletti ha dicho que está de acuerdo en dar pasos atrás en relación con el decreto, a solicitud de los líderes del Congreso, pero no ha habido indicios claros en esa dirección.
El miércoles, las fuerzas de seguridad desalojaron y detuvieron a 54 campesinos simpatizantes de Zelaya que habían tomado una oficina gubernamental en el centro de la capital desde el golpe de Estado del 28 de junio. Zelaya fue expulsado del país tras una disputa nacional por sus intentos de modificar la constitución.
El gobierno interino ha estado cada vez más a la defensiva desde que Zelaya regresó furtivamente al país el 21 de septiembre y se refugió en la embajada brasileña.
Micheletti insistió inicialmente en aplicar el decreto de emergencia para aplacar lo que calificó como llamados a la insurrección por parte de los partidarios del líder depuesto.
Los políticos conservadores, sin embargo, han expresado su temor de que el decreto ponga en peligro la elección presidencial del 29 de noviembre, que ven como la mejor esperanza para que Honduras recupere el reconocimiento internacional. Las votaciones fueron programadas antes del golpe contra Zelaya, cuyo mandato presidencial vence en enero.
Chang dijo que los principales legisladores conservadores ni siquiera fueron consultados sobre las medidas de represión.
"Nos tomó por sorpresa", afirmó. "Nos asustó porque ellos no nos tomaron en cuenta en absoluto".
Chang criticó el cierre el lunes, al amparo del decreto, de dos medios electrónicos de comunicación masiva que apoyaban a Zelaya, diciendo que tales decisiones podrían animar a los manifestantes, que han sido principalmente pacíficos, a volverse violentos.
Adolfo Facussé, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), propuso durante el fin de semana que 3.000 soldados de naciones conservadoras sean enviados a Honduras si Zelaya es restaurado en su cargo. El martes dijo que esas tropas sean fuerzas de pacificación de Naciones Unidas.
"Zelaya tendrían varios límites a su autoridad", afirmó Facussé, cuya asociación empresarial apoyó abiertamente el derrocamiento de Zelaya.
A pesar de la disputa, no ha habido ninguna oleada de apoyo entre los legisladores para permitir que Zelaya regrese al poder, como han estado exigiendo gobiernos en todo el mundo.
Facussé ha dicho que analizó partes del plan con Micheletti, incluyendo una propuesta para hacer que el presidente interino sea designado congresista vitalicio.
Chang afirmó que los legisladores estaban abiertos a analizar cualquier propuesta para resolver el punto muerto político, sin importar cuán improbable pueda parecer. Opinó que no hay ninguna necesidad de tener tropas extranjeras en Honduras.
Hasta ahora Micheletti se ha opuesto herméticamente a volver a poner Zelaya en la presidencia.
Fuente: Univisión
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