Fuente: tlalocman999 - Youtube.com
DEL ESCRITORIO DEL SEÑOR PRESIDENTE Sería oportuno consultar a los Secretarios de Estado de mi gabinete sobre estas acusaciones que me hacen de tener posiciones anti-semitas. Cuando el pueblo hondureño me eligió Presidente, recibí fuertes criticas de algunos anti-semitas, debido a que nombré, entre otras religiones, algunos muy talentosos y calificados hondureños practicantes del judaísmo, como miembros del Gabinete de Gobierno. Nombré como Secretario de Estado en los Despachos de la Presidencia , el que era mi mano derecha en el gobierno, YANNI BENJAMIN ROSENTHAL; quien me dio un fuerte apoyo en el manejo de los asuntos del sector de la Economía , este cercano colaborador me invitó a la ceremonia del Bat Mitzvah de su hija; así mismo nombré al señor LEO STARKMAN como Ministro de Inversión y en otra ocasión, Ministro de Energía, también nombré al Ingeniero MOISES STARKMAN como Ministro encargado del sector de los Bio-Combustibles, el cual recuerdo que en una ocasión me manifestó el sufrimiento de las personas judías en los campos de concentración de los Nazis, este cercano colaborador incluso me informo el significado de la expresión Shabat Shalom, saludo que usan los judíos para honrar su día sagrado de la semana. También, en mi gobierno nombré como Gerente General de la Empresa de Telecomunicaciones al señor JACOBO REGALADO WEITZEMBLUTH. Considero que todos debemos respetar las personas que tienen prácticas religiosas que son distintas a las nuestras. Yo como Católico Cristiano recibo mucha inspiración de los postulados de esta religión que practico, para la labor que tengo como presidente. Respeto profundamente las personas que practican otras religiones no sólo judíos sino también evangélicos. Vale mencionar que acaba de culminar el mes sagrado de Ramadan de la comunidad de los musulmanes y las personas Judías acaban de celebrar el día más sagrado de su fe, Yom Kippur, todos somos iguales, hondureños y hondureñas. En las sociedades mucha gente se equivoca, incluyendo a algunos de mis opositores y también los que me apoyan, y caen víctimas del anti-semitismo. Yo rechazo todas las posturas anti-semitas y los ataques que instan a los hondureños y hondureñas a hacer lo mismo. Judíos Árabes, Orientales, Pueblos Indígenas, Garífunas, Negros y Misquitos, todos como hondureños y hondureñas han ayudado a construir esta nación, y si todo sale como espero, continuarán haciéndolo siempre. Honduras está dividida por líneas políticas, pero nunca deberá estar dividida sobre la base de la libertad de religión. Todos somos hondureños y hondureñas y nuestro país sólo puede tener éxito con la participación equitativa de todos. En mi condición de ser humano y como Presidente, hago un llamado a todos los hondureños y hondureñas para abstenerse de hacer comentarios antisemitas; o de cualquier otro tipo que implique discriminación; hoy al lograr mi retorno pacífico, por la Restitución de la Democracia Contra el Golpe de Estado hago un llamado al diálogo a todos los sectores, el Pueblo Hondureño tiene el apoyo de la comunidad internacional, hasta lograr restaurar la democracia. José Manuel Zelaya Rosales Presidente Constitucional de la República de Honduras |
Fuente: honduraslaboral.org
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By Al Giordano
D.R. 2009 Latuff, Special to The Narco News Bulletin
The layers keep peeling away from "president" Roberto Micheletti's coup d'etat, which began with a consensus of most of upper class Honduras and its political institutions but in recent days has seen Congressional and business leaders begin looking for the EXIT sign.
It was Micheletti's authoritarian decree, announced on Sunday, that blasted away the glue that had previously held them all together, with its prohibitions on Constitutional rights of speech, press, assembly, transit and due process.
Today, the country's Supreme Electoral Tribunal joined the growing mob of former unconditional backers of the coup for whom Micheletti's decree went a step too far:
The Supreme Electoral Tribunal (TSE, in its Spanish initials) of Honduras today asked president Roberto Micheletti to cancel the decree that suspended constitutional rights because it harms the electoral process scheduled for November... and thus joined in similar demands made by Congress, presidential candidates and other sectors...
Micheletti said... that he would agree to analyze the request and insisted that the decree will be "cancelled in the opportune moment."
However, he said that he would continue to consult on the matter with the Supreme Court and other State organisms with the goal of making a "consensus" decision.
Those few paragraphs speak volumes about what is happening behind the curtain. Let me translate them.
On Sunday, Micheletti announced the authoritarian decree without having the aforementioned "consensus" of key coup players. Some seemed as surprised as the general public to find out about it. The decree already does not have any "consensus" even among the limited power players between whom the coup was negotiated and implemented. Now he is saying he needs "consensus" to remove it.
What does this tell us? It reveals that Micheletti himself isn't calling the shots here. He specifically mentions the Supreme Court, and his reference to "State organisms" most likely means the Armed Forces: the two real kingpins of the coup, for whom Micheletti is a mere marionette.
In typical style, he fools gullible reporters to repeat claims that he has already backed off the decree, while this morning military and police troops continued attacks on peaceful demonstrators that have maintained government agricultural offices occupied for three months now. Clearly, the real powers behind the decree - the Supreme Court and the military - want to make sure it meets its main goals before having to call it off.
What the electoral commissioners can clearly see that the inner trinity of coup power - the Army, the Court and Micheletti - don't seem to "get" is how the decree has destroyed any hope of convincing Hondurans or the world that the November 29 elections can be made free or fair. It's already too late. Smarter minds are seeing it, while the the Army, the Court and Micheletti push on out of an apparent belief that if they don't keep brutally repressing and silencing speech, the nonviolent civil resistance is going to roll right over the coup.
It's possible that both sectors are right about their analysis in this way: The coup "moderates" understand that their electoral "solution" is now screwed, thanks to the decree. While the "hard liners" understand that if they allow basic constitutional rights, they won't be able to hold back the tide of public opinion much longer. Meanwhile, by stalling on the requests by his former coup allies to cancel the decree, Micheletti is further isolating the Army, the Court and he from the support they previously enjoyed. And this is the part of the movie when the once invincible coup regime begins to divide and fall.
Fuente: narcosphere.narconews.com
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TEGUCIGALPA (AP) - Las grietas entre los partidarios del gobierno golpista de Honduras parecían ahondarse el miércoles, cuando algunos líderes empresariales ablandaron su oposición a que se reintegre al depuesto presidente Manuel Zelaya, y ciertos legisladores amenazaron con revocar un decreto de emergencia que limita los derechos civiles
Zelaya dijo el martes por la noche que estaba alentado por un plan propuesto por una influyente cámara empresarial de reintegrarlo en su cargo y acabar con la crisis.
El plan incluye traer tropas extranjeras a Honduras para asegurar que si Zelaya regresa a la presidencia, cumplirá su parte de la propuesta de un mediador internacional para que se limiten estrictamente sus poderes.
Los legisladores, entretanto, dejaron en claro que el Congreso revocará el decreto de seguridad de emergencia si el gobierno interino no lo hace, afirmó el martes Rigoberto Chang, un congresista del conservador Partido Nacional. El Congreso tiene el poder de suspender o modificar el decreto.
El presidente de facto Roberto Micheletti ha dicho que está de acuerdo en dar pasos atrás en relación con el decreto, a solicitud de los líderes del Congreso, pero no ha habido indicios claros en esa dirección.
El miércoles, las fuerzas de seguridad desalojaron y detuvieron a 54 campesinos simpatizantes de Zelaya que habían tomado una oficina gubernamental en el centro de la capital desde el golpe de Estado del 28 de junio. Zelaya fue expulsado del país tras una disputa nacional por sus intentos de modificar la constitución.
El gobierno interino ha estado cada vez más a la defensiva desde que Zelaya regresó furtivamente al país el 21 de septiembre y se refugió en la embajada brasileña.
Micheletti insistió inicialmente en aplicar el decreto de emergencia para aplacar lo que calificó como llamados a la insurrección por parte de los partidarios del líder depuesto.
Los políticos conservadores, sin embargo, han expresado su temor de que el decreto ponga en peligro la elección presidencial del 29 de noviembre, que ven como la mejor esperanza para que Honduras recupere el reconocimiento internacional. Las votaciones fueron programadas antes del golpe contra Zelaya, cuyo mandato presidencial vence en enero.
Chang dijo que los principales legisladores conservadores ni siquiera fueron consultados sobre las medidas de represión.
"Nos tomó por sorpresa", afirmó. "Nos asustó porque ellos no nos tomaron en cuenta en absoluto".
Chang criticó el cierre el lunes, al amparo del decreto, de dos medios electrónicos de comunicación masiva que apoyaban a Zelaya, diciendo que tales decisiones podrían animar a los manifestantes, que han sido principalmente pacíficos, a volverse violentos.
Adolfo Facussé, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), propuso durante el fin de semana que 3.000 soldados de naciones conservadoras sean enviados a Honduras si Zelaya es restaurado en su cargo. El martes dijo que esas tropas sean fuerzas de pacificación de Naciones Unidas.
"Zelaya tendrían varios límites a su autoridad", afirmó Facussé, cuya asociación empresarial apoyó abiertamente el derrocamiento de Zelaya.
A pesar de la disputa, no ha habido ninguna oleada de apoyo entre los legisladores para permitir que Zelaya regrese al poder, como han estado exigiendo gobiernos en todo el mundo.
Facussé ha dicho que analizó partes del plan con Micheletti, incluyendo una propuesta para hacer que el presidente interino sea designado congresista vitalicio.
Chang afirmó que los legisladores estaban abiertos a analizar cualquier propuesta para resolver el punto muerto político, sin importar cuán improbable pueda parecer. Opinó que no hay ninguna necesidad de tener tropas extranjeras en Honduras.
Hasta ahora Micheletti se ha opuesto herméticamente a volver a poner Zelaya en la presidencia.
Fuente: Univisión
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El gobierno de facto de Honduras contrató a la reconocida firma de relaciones públicas estadunidense Chlopak, Leonard, Schechter and Associates para que mejore su imagen en Washington, y que según el periódico político The Hill el gobierno de Roberto Micheletti pagó más de 290 mil dólares por un periodo de cuatro meses, de acuerdo con documentos presentados el pasado 18 de septiembre al Departamento de Justicia.
“La política de CLS es no comentar sobre sus clientes”, dijo Sharon Castillo, ex vocera de la campaña de reelección en 2004 del entonces presidente George W. Bush, una de las empleadas de la firma que representará a Micheletti.
El acuerdo se registra en medio de presiones internacionales para que Micheletti rescinda un decreto que limita las garantías individuales y ponga fin a las tensiones con Brasil por la presencia del depuesto presidente Manuel Zelaya en la embajada brasileña en Tegucigalpa.
Fuente: www.cronica.com.mx
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Cuando hace poco más de una semana, el presidente de Honduras Manuel Zelaya arribó a la embajada brasileña de Tegucigalpa, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos lo calificó como un momento “oportuno” para el “diálogo” que había estado pidiendo durante todo el verano.
Embajador de EE.UU. Lew Amselem |
A mitad de la reunión del domingo, el teléfono celular del Embajador Llorens sonó, notificándole que el dictador Micheletti había publicado el infame decreto que borraba las libertades Constitucionales básicas de: reunión, tŕansito, expresión y de debido proceso. “La primera reacción en la habitación era que esto afectaba negativamente el clima para la negociación”, dijo Valladares.
Luego, al amanecer, las tropas golpistas invadieron Radio Globo y el Canal 36 de televisión, robando su equipo y transmisores, para silenciarlos bajo los nuevos poderes que Micheletti había decretado.
Unas horas después vino una reunión de la Organización de los Estados Americanos en Washington. El embajador estadounidense alterno (¿o debemos decir “de facto”?), Lewis Amselem, vestigio de la administración Bush, se detuvo mínimamente en el decreto del régimen golpista de “estado de sitio”, en lugar de lanzar una diatriba contra las víctimas del mismo.
“El retorno del presidente Zelaya a Honduras es irresponsable e idiota y no sirve ni a los intereses de su pueblo ni a aquellos que buscan el reestablecimiento pacífico del orden democrático en Honduras”, expresó Amselem. “Todo va a mejorar si todas las partes se abstienen de la provocación y de la instigación a la violencia.”
De acuerdo con Amselem, provocar o incitar a la violencia es mucho peor en realidad que dedicarse a la violencia, como el régimen golpista lo había hecho toda la noche y mañana previa a la diatriba de Amselem. En lugar de claramente centrar la atención en el lugar al que pertenece—en la reciente ola de terror del violentamente opresivo régimen, en donde las vidas de los honduereños estuvieron y están en juego—Amselem optó por jugar al crítico de cine en lugar del diplomático, burlándose de Zelaya: “El presidente debería parar de actuar como si fuera protagonista de una vieja película.”
El estallido de Amselem fue rápidamente recogido por los medios de comunicación pro golpistas (que tradujeron “tonto” como “idiota”), no solo sirviendo para ocultar la historia más importante, el de la supresión de la Constitución por medio del decreto, sino que estimularon la moral de las mismas fuerzas que habían descendido a nuevos niveles de autoritarismo y violencia.
Y esa fue solo la última aventura en la falta del control del mensaje que se dió durante todo el verano por un Departamento de Estado esquizofrénico, y por su errática, tal vez ebria, forma de conducción, la cual de vez en vez le ha dado oxígeno al régimen golpista al que dice oponerse.
El Departamento de Estado pasó el resto del día redactando la siguiente declaración, la que se lee como la aceptación de que Amselem metió la pata:
Estados Unidos mira con grave preocupación el decreto emitido por el régimen de facto en Honduras, que suspende los derechos civiles y políticos fundamentales. En respuesta a la fuerte oposición popular, el régimen ha indicado que está considerando rescindir el decreto. Hacemos un llamado al régimen de facto a hacerlo de inmediato.Las libertades inherentes en los derechos suspendidos son inalienables y no pueden ser limitadas o restringidas sin dañar gravemente las aspiraciones democráticas del pueblo hondureño.
En este momento importante en la historia de Honduras urgimos a todos los líderes políticos a comprometerse a un proceso de diálogo que resulte en una resolución duradera y pacífica a la crisis actual.
Urgimos también al régimen de facto y al presidente Zelaya, a hacer uso de la buena voluntad y solidaridad mostrada por el presidente Arias de Costa Rica, la Organización de los Estados Americanos y otros miembros de la comunidad internacional para ayudar a facilitar, dentro del marco de las conversaciones de San José, esa resolución.
A este respecto le recordamos al régimen de facto sus obligaciones bajo la Convención de Viena de respetar las instalaciones y el personal diplomáticos, y todos aquellos bajo su protección. El cumplir con esas obligaciones es un componente necesario para el diálogo entre naciones, y crea las prácticas de compromiso, tolerancia y comprensión, necesarias para la resolución pacífica de las disputas.
Pero aquellos que han seguido la carrera diplomática y militar de Amselem—sobre todo cuando fue funcionario político-militar en la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de Guatemala (1988-92) y consejero de asuntos políticos de la embajada de Estados Unidos en La Paz, Bolivia (1992-95)—sospechan que el sabotaje de ayer de Amselem a la política apuntada de los Estados Unidos fue totalmente predecible e intencional, dado su historial macabro en el hemisferio.
El periodista Jeremy Bigwood, quién reportaba desde Guatemala durante el ejercicio de Amselem allí, recuerda al diplomático por la misma conducta escandalosa, y por el tipo de declaraciones que ayer mostró en Washington. Según Bigwood, Amselem “calificaría positivamente el exterminio de unos doscientos mil indígenas guatemaltecos. El tipo debe ser enviado a la Corte Internacional de Justicia por complicidad en crímenes de guerra. Incluso organizó el suministro ilegal y los puentes aéreos para el Ejército de Guatemala luego de que la ayuda militar estadounidense había sido prohibida. No puedo creer que esté representando a la administración de Obama ante la OEA.”
Lo más sorprendente es que el actual jefe de Amselem, la Secretaria Clinton, debería saber el peligro que representa, ya que ella, como Primera Dama en la década de los 90, estaba involucrada con uno de los más notorios casos de abuso a los derechos humanos, el de la monja ursulina Dianna Ortíz, quién fue secuestrada y torturada en Guatemala en 1989.
En 1995 un juez federal estadounidense, ordenó al General Héctor Gramajo, del ejército guatemalteco, pagar USD$47 millones en daños a la hermana Ortíz y a otros demandantes por esos crímenes.
La defensora de los derechos humanos, Kerry Kennedy, escribió, “la cruda honestidad de Ortíz y su capacidad para articular la agonía que sufrió, obligó a los Estados Unidos a la desclasificacioń de archivos secretos de Guatemala, y arrojó a la luz muchos de los momentos más oscuros de la historia de Guatemala y la política exterior estadounidense.”
¡Bien, adivinen ¿quién aparece en las memorias de la hermana Dianna? Lewis Amselem, y no en el buen sentido. Ortíz escribió:
“...después de que un doctor estadounidense contara 111 quemaduras de cigarro tan solo en mi espalda la historia cambió. En enero de 1990, el Ministro de Defensa de Guatemala declaró publicamente que yo era lesbiana y que había fingido mi secuestro para encubrir una cita. El Ministro del Interior hizo eco de esta declaración y luego dijo que la había escuchado por primera vez de la embajada estadounidense. Según un asesor del Congreso, el funcionario de asuntos políticos en la embajada, Lew Amselem, fué el que comenzó a difundir el rumor.“En presencia del Embajador Thomas Stroock, este mismo funcionario de derechos humanos dijo a una delegación de hombres y mujeres religiosas que estaban interesados en mi caso, que estaba ‘cansado de estas monjas lesbianas que venían a Guatemala.’ La historia sufriría otros cambios. Según la prensa guatemalteca, el embajador sacó otra versión: el le dijo al Ministro de Defensa guatemalteco que no fuí secuestrada ni torturada sino que simplemente ‘tenía problemas con los [mis] nervios.’”
Así que ayer no fue la primera vez que Amselem revelara el reflejo de su espíritu miserable al culpar a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos. Más preocupante aún, es que la Secretaria Clinton—quien conoció a la hermana Dianna en los 90’s y expresara sus condolencias y solidaridad—ya debería conocer esta historia.
Que Clinton envíe a un sombrío personaje para representar a los Estados Unidos ante la OEA solo garantiza sabotaje durante el tiempo que permanezca ahí. Amselm puede oponerse a lo que el llama de Zelaya el “actuar como si fuera protagonista de una vieja película,” pero es precisamente Amselm quién es el actor de bajo presupuesto en una película de terror todavía mas vieja: la de la política estadounidense en América Latina en los anteriores régimenes golpistas y militares. Y ésta sórdida historia demuestra que ahora más que nunca es momento de desinfectar al Departamento de Estado de los malos actores—como Amselm—que espanta como personaje macabro de películas de terror del pasado.
Próximamente: El falso-periodista Frances Robles del diaro de los oligarcas The Miami Herald, quien piensa que lastimar a hondureños con armas químicas es un chiste divertido…
Actualización: De la rueda de prensa del Departamento de Estado de los E.E.U.U de hoy
PREGUNTA: Quisiera regresar a las declaraciones del embajador ante la OEA sobre Honduras ayer. El dijo que el regreso de Zelaya había sido irresponsable y tonto. Pareciera qu esta declaración ha generado algunas dudas, especialmente porque Zelaya se encuentra aún bajo sitio dentro de la embajada.
SR. CROWLEY: ¿Quien dijo eso? PerdónPREGUNTA: ¿Perdón?
SR. CROWLEY: ¿Quien hizo esa declaración ayer?
QUESTION: Su – digo, su embajador ante la OEA.
SR. CROWLEY: Claro. Lew Amselem.
PREGUNTA: Lewis Amselem.
SR. CROWLEY: Mm-hmm.
¿Mm-hmmm?
Fuente: www.narconews.com
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Adolfo Facusse |
Y así sucedió hoy cuando Facussé anunció su gran plan para resolver el problema del golpe, que el había apoyado pero que ahora claramente ha fallado.
Facussé propone que:
“Hemos puesto a las ruedas en movimiento otra vez, aunque no sabemos que tan lejos nos llevarán”, dijo Facussé a los reporteros, alegando que Micheletti ya la había firmado.
El General golpista Romeo Vásquez Velásquez, claro, adora, adora, ADORA el plan, y efusivamente declara:
“Veo que rápidamente estamos llegando a una solución, que es lo que todos estamos esperando.”
Facussé, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), tan solo unas semanas atrás conducía la propuesta de que todas las empresas miembros del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) ofrecieran descuentos a los votantes, animándolos a participar en las “elecciones” del 29 de noviembre. Era como una venta de liquidación de la democracia con Fito el Loco gritando “¡SE VA TODO! NUESTROS PRECIOS ESTÁN DE LOCURA!”
Pero lo más gracioso ocurrió camino a las urnas. Dos noches atrás, el dictador golpista Micheletti—instalado en parte gracias a los esfuerzos antidemocráticos de Facussé—decretó el Estado de Sitio por 45 días, cancelando las garantías Constitucionales básicas de expresión, de prensa, de tránsito, de reunión y de debido proceso. Lo llamé El Segundo Golpe de Estado de 2009, con la admisión de que El Primer Golpe había fracasado en establecer el control sobre el país y su gente.
El manto de la “democracia” y “constitucionalidad” del régimen golpista cayó durante la noche del domingo. El candidato presidencial que lidera las encuestas, Pepe Lobo, rechazó el decreto, tal como lo hicieron el actual presidente del Congreso golpista, y los líderes empresariales que vieron que las nuevas reglas tendrían efectos negativos en sus billeteras. Éstos le dijeron a Micheletti que no iba a funcionar. Y ahora Micheletti lentamente se aleja del decreto, tan lentamente que espera que nadie se de cuenta de la demanda a sus represores de que devuelvan el equipo y los transmisores que se robaron la mañana del lunes de estaciones de radio y televisión claves.
Durante estos tres meses, Micheletti, Vásquez, Facussé y el resto de la banda de Robin Hoods a la inversa, pensaron que con solo dejar pasar el tiempo serían capaces de imponer las “elecciones” del 29 de noviembre, con todo arreglado para la solución final. Pero como el encuestador mexicano Dan Lund apuntó el día de hoy, el decreto de la noche del domingo de Micheletti invirtió la dinámica: Ahora no hay tiempo en el reloj para arreglar el daño provocado por el decreto, por el hecho de que las elecciones son tan cercanas al Segundo Golpe y de que sus vicios autoritarios no pueden ser justos ni libres.
Lund escribe:
“El tiempo hacia las elecciones del 29 de noviembre de 2009 es ahora una camisa de fuerza, especialmente en el contexto actual de confusión, del decreto de emergencia…de la situación compleja de los medios (medios de comunicación abiertos y verdaderamente justos es la condición sine qua non para una elección de esta importancia), y de la necesidad para una reconciliación suficiente que le de confianza al proceso en conjunto.”
La propuesta de Facussé es, en efecto, en nombre del Tercer Golpe, o al menos un globo de ensayo hacia su intento. Pero más allá de sus estrafalarias propuestas, El Tercer Golpe tiene un error aún más fatal: Fue creado en un cuarto trasero por magnates ricos y poderosos, sin la menor consulta; ya no digamos dialogando con un solo trabajador, campesino, o estudiante, y mucho menos con las organizaciones que representan la gran masa de la población hondureña movilizada. Porque es su poder desde abajo el que ha impedido que los dos golpes del año triunfen. Ningún régimen—ya no más—puede mantenerse en el poder en Honduras, a menos que satisfaga suficientemente la amalgama de movimientos sociales ahora popularmente conocidos como La Resistencia.
Aún más; el tratar de recompensar a Micheletti, tan solo dos días después de que enseñara sus despóticos dientes—en efecto, traicionando a sus conspiradores golpistas en su afán de retratar a este golpe al decir: “no es un golpe”—con un escaño vitalicio en el Congreso, como la propuesta de Facussé dice, indica una forma de pensar tan lejos de la realidad mostrada durante el verano. Es una propuesta tan lejana del sentimiento abrumador de la mayoría de sus compatriotas, que ofrece una ventana de cristal de la misteriosa mente de la oligarquía, tratando una vez más de sacar ventaja sobre los demás, aún cuando sus mejores planes se derrumban a su alrededor.
Ya es obvio que la jugada de las elecciones para ponerle punto final a la crisis no le resultará al gobierno de Micheletti.
Desde que fue derrocado el presidente Manuel Zelaya, yo me he preguntado por qué Roberto Micheletti y compañía hicieron intervenir al ejército, convirtiendo lo que hubiera podido ser la destitución legal de Zelaya, en un golpe de Estado. Tenían en su totalidad al Congreso, a la Corte Suprema de Justicia y al Tribunal Electoral: ¿por qué capturar al Presidente en la madrugada y expulsarlo a Costa Rica?
De un coronel haitiano aprendí que cuando un error es demasiado grande es porque no es error, y bajo esa óptica se entienden muchas cosas aparentemente incomprensibles. En los primeros momentos después del golpe, tanto Micheletti como otros de los involucrados parecían no tener un discurso preparado para explicar la intervención militar. ¿Fue una decisión de última hora y eso explica sus balbuceos, o no fueron ellos los que la tomaron?
Quizás un análisis de los resultados posibles de esta aventura, ayude a descifrar el sentido de las aparentes incongruencias. En mi opinión, el resultado de fondo del golpe de Estado será una derrota aplastante para la oligarquía hondureña, y no sólo una derrota táctica sino estratégica. Porque en lo inmediato, a estas alturas ya es obvio que la jugada de las elecciones para ponerle punto final a la crisis, no le resultará al gobierno de Micheletti. Las elecciones, si es que se celebran, no serán reconocidas por la comunidad internacional, encabezada por la ONU, cuyo secretario general ha retirado el apoyo de la entidad al proceso electoral, por considerar que no hay condiciones para su realización.
Y por muy eufórica que se sienta la derecha hondureña y centroamericana con la hombrada de desafiar a las potencias, de todas maneras su régimen no se podrá mantener. Y al hablar de régimen me refiero no sólo al gobierno de facto y su pretensión de salida electoral, sino al sistema tan bien cocinado con que la oligarquía hondureña se había asegurado el control del poder: el bipartidismo y una Constitución que se pretendía escrita en piedra y que ahora seguramente pasará a mejor vida.
En Guatemala, los acontecimientos de Honduras han precipitado durante la última semana la fuga de capitales, y de allí las presiones sobre la tasa de cambio. El súbito pánico financiero – como tantas veces ocurre – se basa más en supuestos y temores que en realidades. A tono con la derecha estadounidense, la guatemalteca se hace eco del discurso paranoico según el cual el presidente Obama es socialista. Esto lo confirman en el caso de Honduras cuando, según ellos, Estados Unidos se pone al lado de un presidente “chavista”.
Pero ese no es el caso. Aparte de la obligada defensa de la institucionalidad democrática (en este caso muy confusa), la política de Estados Unidos en Centroamérica – al menos en Honduras y Guatemala – tiene un sesgo antioligárquico. Esto, que a muchos les parecerá inconcebible, no es nuevo. Desde muy temprano (1828), Estados Unidos llegó a la conclusión de que la oligarquía le era hostil y siempre apoyó a los liberales de clase media, que le eran más afines política y socialmente. Los criollos, en cambio, que históricamente han sido la clase dominante, no se resignan a obedecer sin rechistar y les han salido respondones (si no que lo digan Micheletti, Arzú y también Violeta Chamorro). En 1995, una muy conocida intelectual estadounidense especializada en Guatemala me dijo: “Aquí estamos convencidos de que Guatemala no se puede cambiar desde adentro, la vamos a tener que cambiar desde afuera”. Entonces pensé que era pura baladronada.
Fuente: www.sigloxxi.com