Por los rostros que ahora asoman y a quienes se les quema la miel por ocupar (y saquear) los cargos públicos, podemos ver que hubo muchos abogados y eminencias detrás del golpe. Seguramente allí estuvieron Carlos López Contreras, su mujer, Armida, Enrique Ortez Colindres (pedazo de vaca), Martha Lorena Alvarado, Vilma Morales, Marcia Villeda (vaca con pisto, pero cabeza hueca), Camilo Atala, Rafael Pineda Ponce, Arturo Corrales, Jorge Canahuati, Carlos Flores Facussé y todo el séquito de leguleyos pagados por los empresarios. Pese a que todos esos prodigios estuvieron maquinando el golpe, el asunto resultó ser un festival de estúpidos.
Primero, porque la orden de captura contra Zelaya fue emitida el 29 de junio, un día después del golpe y no antes, como la ley y la lógica mandan.
Segundo, ¿quién no sabe que las operaciones de detención de delincuentes las ejecuta la policía y no los militares? ¿Qué les costaba poner a un oficial de policía al mando del pelotón de soldados que lo detuvo? Otra ilegalidad.
Tercero, la estupidez más grande: Enviarlo al exilio cuando tenían a su disposición a la Fiscalía y al Poder Judicial para destruirlo, que era su propósito (recordemos que tanto el fiscal general como los magistrados son escogidos por el Congreso Nacional y por ello estos actúan como empleados de Roberto Micheletti). Entonces, ¿para qué sacarlo del país?
Es de todos sabido que las órdenes de captura dicen que se debe poner al “habido” a la orden de los juzgados. Ahora salen con excusas estúpidas de que hubiesen habido muchos muertos de haberlo dejado preso ¿y no es que Zelaya es impopular y que el 80 por ciento del pueblo anda con las camisetas blancas (por cierto, a saber de quién será el negocio)?
Ellos saben que lo de las muertes es falso. Los que tienen las armas son los soldados y los policías, y a estos los golpistas los tienen de su lado. Además, aquí el pueblo siempre ha respetado las instalaciones militares, que sería el sitio natural para retenerlo.
Además, con la represión, manipulación, censura y autocensura existente, la gente probablemente ni siquiera hubiese sabido donde lo tenían.
De haber tomado esto en cuenta muchos los hubiésemos apoyado, pues no estábamos de acuerdo con la cuarta urna y con la reelección de Mel y sus amigos. Pero decidieron actuar como lo que son, un atajo de vacas y, además, estúpidas, y con ello sólo se han granjeado el repudio del mundo.
Fuente: rubenescobarerazo.wordpress.com
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