Hace más de dos meses atrás, cerca de 1.4 millones de hondureños/as demandaron, mediante una declaratoria firmada, la convocatoria a una Asamblea Constituyente Nacional. ¡Fue un verdadero aluvión de la voluntad popular sin precedentes!
Sin embargo, el ejecutivo nacional del FNRP, en lugar de organizar a esta multitud y darle cuerpo (con propuestas concretas, de abajo hacia arriba), ahora plantea a las bases “la toma del poder”. Es decir, convertir a la resistencia en un instrumento político para las próximas elecciones generales.
Como era de esperar, la multitudinaria resistencia popular, empobrecida y resentida por la dictadura partidocrática, rechazó sin titubeos esa desatinada propuesta, calificándola incluso de traición a las bases.
Frente a esta situación, dos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del Frente, conjuntamente con sacerdotes de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, convocaron a una reunión regional a integrantes de los diferentes colectivos del Occidente del país para dialogar sobre la propuesta de la “toma del poder” y otras. El encuentro regional se llevó a cabo en el Municipio de Sensenti, Ocotepeque, el 01 de diciembre.
En dicha reunión, la asamblea, luego de un extendido debate, definió lo siguiente:
Primero. No a los distractivos debates electoralistas por ahora, salvo que sea para la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
Segundo. Construir propuestas para los contenidos de la nueva Constitución Política, desde los caseríos y las aldeas (de abajo hacia arriba), las mismas que deberán ser presentadas y consideradas por la próxima Asamblea Nacional Constituyente.
Tercero. Conformar un equipo de reflexión regional (para la construcción del pensamiento) integrado por representantes de los colectivos locales.
El NO rotundo al electoralismo inmediatista expresa, no sólo el rechazo espontáneo a cualquier intento de manipulación, sino, ante todo, es una reiteración contundente de la naturaleza y el norte del FNRP.
Una de las participantes resumía el debate de la siguiente manera: “A nosotros no nos urge la toma del poder. Además, ¿para qué queremos tomar el poder ahora? Si ni siquiera estamos bien organizados” Otro de los presentes decía: “Quien crea que el poder está en el sillón presidencial, se equivoca. Tenemos que recuperar la propiedad de nuestros recursos naturales si queremos tener el poder”. Uno de los representantes de la Diócesis de Santa Rosa de Copán dijo: “Si el FNRP quiere que en este momento vayamos a elecciones, entonces, que les vaya bien. Nosotros como Iglesia nos hacemos a un lado”.
Desde cualquier punto de vista, plantear “la toma del poder” mediante las próximas elecciones es un suicidio sociopolítico. Tomar, ahora, el poder ¿para qué? ¿Sólo para vengar la defenestración de Manuel Zelaya? El FNRP todavía no tiene ni propuesta, ni programa político para ofrecer al país.
¡Honduras requiere de una refundación integral! Y es mentira que desde el poder vayamos a refundar el país. Cerca de 200 años se viene intentando en eso de construir el país de arriba hacia abajo. Pero, sólo se han fortalecido las élites.
En lugar de tomar el poder central, necesitamos construir el poder local con la participación activa de todas y todos. Si el FNRP se deja seducir por el espejismo de la toma del poder, entonces, será el “hazme reír” de los patrones de Honduras.
En este momento, lo mejor que puede y debe hacer el Comité Ejecutivo Nacional de FNRP es acompañar a los colectivos en la construcción de propuestas, tanto para la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, como para los contenidos de la nueva Constitución Política de Honduras. En unos meses más el gobierno central convocará a una Asamblea Constituyente, ¿Quiénes y con qué propuestas legítimas debatiremos? La Constituyente no es sólo protesta, ni consigna, sino, ante todo, propuestas.
La dirigencia tiene que entender que el mal endémico de Honduras es la exclusión de las grandes mayorías, y este mal se cura haciendo que las y los excluidos participen de manera activa en la construcción de la nueva Honduras. O ¿será que seguimos asumiendo que la revolución es el monopolio de unos cuantos “iluminados”?
En este esfuerzo de la construcción del poder de la nueva Honduras, mediante el proceso constituyente, es urgente superar el centralismo político e intelectual de Tegucigalpa. El FNRP, por su carácter multitudinario, simultáneo, espontáneo, divergente y asambleario, no será jamás un sindicato. Mucho menos un partido político. Por tanto, en el marco de la demanda aglutinadora que lo une, es importante la autonomía de pensamiento, pero de manera articulada con el resto del cuerpo.
Seamos atrevidos/as. Atrevámonos a soñar más allá de las urnas. Éstas tan sólo son ritos del mito de la democracia formal fallida. La toma del poder no es ninguna garantía para la refundación del país. Más por el contrario, tan sólo viabiliza la sucesión de élites en el banquete del poder.
Fuente: revistazo.com
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