Por Ricardo Ernesto Marroquín
"Chávez es un extraño dictador, porque es el primer presidente que puso cargo a disposición de la gente."
Eduardo Galeano
No cabe duda que pese al triunfo "agridulce" del oficialismo en Venezuela, los resultados de las elecciones para la integración de la Asamblea General del país sudamericano, para el próximo período legislativo, permite al Partido Socialista Único de Venezuela (PSUV) continuar la agenda para el desarrollo del llamado "Socialismo del Siglo XXI", liderado por el presidente Hugo Chávez. Los partidos de la derecha y opositores al gobierno venezolano, aglutinados en la Mesa de la Unión Democrática (MUD), obtuvieron 65 diputaciones, mientras que el oficial PSUV alcanzó 98.
Pese que para el PSUV los resultados de estas elecciones representan una disminución en su representatividad ante la Asamblea Nacional (durante el actual período ocupan 110 escaños, lo que significa una mayoría absoluta), no cabe duda que el proyecto que impulsa el presidente Chávez mantiene un buen apoyo entre la población.
De hecho, el oficialismo ganó en 18 de los 24 estados del país. "El bloque hecho de fragmentos de la oposición obtuvo 65 diputados, nosotros 98. Eso es 40 por ciento para ellos frente al 60 para nosotros si redondeamos", declaró Chávez, en conferencia de prensa luego que el Consejo Nacional Electoral anunciara los resultados oficiales.
Sin embargo, de cualquier manera, el principal ganador de estas elecciones es el presidente Hugo Chávez quien, al reconocer los resultados debilita los argumentos de los grupos de la derecha en la región, y de sus voceros, que insisten en señalar como "dictadura" al gobierno actual de Venezuela. Es interesante saber, por ejemplo, que Chávez ha sido el único latinoamericano que en los últimos años ha promovido un referéndum de su mandato, en donde obtuvo el 71% de apoyo popular.
Chávez, pese a lo que expresan sus opositores, ha promovido una serie de consultas a la población sobre las medidas que su agrupación política propone implementar y, todas, a excepción de la última iniciativa de reforma a la Constitución, han recibido el apoyo mayoritario de la población.
No cabe duda que las políticas económicas y sociales implementadas por el presidente Hugo Chávez, y por el PSUV, le han causado roncha a los sectores venezolanos más conservadores. Es lamentable, que pese a una crítica seria, los argumentos de la oposición se basen en falacias. En Guatemala, así como en la mayoría de los países de Latinoamérica, este discurso ha encontrado eco, y Chávez se ha convertido en el demonio que pone en riesgo los intereses de los grupos minoritarios que históricamente han manejado el poder.
Es indudable que la propuesta e implementación del Socialismo del Siglo XXI presenta errores, y que muchas de las medidas que impulsa, necesitan de una reflexión más amplia. Pero no representa un peligro para nuestra sociedad. Al contrario, Chávez, así como otros líderes de los gobiernos de la región, han reconocido que es importante mirarnos con nuestros propios ojos y reconocer en la propia Latinoamérica la oportunidad de crecer como sociedad.
Es evidente que las políticas neoliberales, que insisten en un Estado cada vez más pequeño y en trasladar los servicios sociales a la iniciativa privada, no ha generado más que pobreza y violencia. Por ello, no podemos creer en las verdades que los voceros de este atroz sistema pretenden implantarnos en la cabeza. Venezuela constituye un ejemplo para Latinoamérica: el capitalismo, pese a sus incesantes pataleos, ya no da para más.
Fuente: www.lahora.com.gt
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