viernes, 8 de enero de 2010

Honduras patas arriba

Para quien quiera ver cómo se fabrica una persona honorable, no tarde en venirse para Honduras, y en menos que cante un gallo se dará cuenta que los evasores de impuestos, los que no pagan sus cuentas millonarias de energía eléctrica, los que tuercen las leyes amparados en el dinero y los altos funcionarios públicos que en un santiamén preparan golpes de Estado en nombre de la Constitución, son los mismos que aparecen en las páginas sociales como las personas más intachables y ejemplares del país.

Para quien quiera conocer los escritores más prolijos y premiados del país, véngase de inmediato a Honduras y bastará que abra la página editorial de cualquiera de los diarios catrachos para darse cuenta que los mayores premiados por su talento literario, son aquellos que han alcanzado mayor capacidad de adular a golpistas y de justificar la violación a la Constitución como un verdadero amor a la patria.

Y si de verdad quiere descubrir al escritor que arrasa con todos los premios de cualquier época de la historia nacional, véngase sin tardanza a nuestra Honduras, y con sólo una ojeada a una columna de periodismo de opinión se dará cuenta que quien se hace merecedor de esa máxima distinción literaria es quien se ha dignado utilizar su talento y su pluma para sostener con religiosa precisión que el héroe nacional del siglo no puede ser sino aquel que ha encabezado el primer golpe de Estado del siglo veintiuno en el continente americano.

Si Usted, habitante del mundo, quiere enterarse por sus propios ojos de que en un lugar del planeta el tacuacín se encarga de cuidar las gallinas, el ratón de salvaguardar el queso, el corrupto de proteger el erario público, el contrabandista de elaborar y proteger las leyes aduaneras, y los protectores de violadores de derechos humanos como auténticos defensores del pueblo, no se tarde, no se pierda ese espectáculo.

Véngase nomás, que aquí los corruptos y violadores de la ley son los hijos dignos de la patria, y los que defienden la soberanía nacional, sus recursos naturales y la dignidad de las personas, son perseguidos como delincuentes, vándalos y traidores a la patria. Y todo, con medios de comunicación al paso, y con plena y sublime bendición clerical. Y así seguiremos, mientras no nos decidamos a darle vueltas a la Honduras que todavía hoy unas reducidas elites se afanan en seguirla teniendo patas arriba.

NUESTRA PALABRA
RADIO PROGRESO-ERIC-SJ
Fuente: Vos el soberano
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario