viernes, 1 de enero de 2010

Apoyemos la iniciativa de las amigas y los amigos antropólogos de la AAA

Viernes 01 de Enero de 2010

Amigas y amigos; compañeras y compañeros: apoyemos esta iniciativa de las amigas y los amigos antropólogos de la AAA. Hay que aprovechar todos los frentes posibles para llevar el mensaje democrático antigolpista a todos los frentes y niveles posibles. Aunque la AAA es bastante numerosa, entiendo que no es nada fácil conseguir quórum de 250 afiliados. Yo ya entré en la página, leí los documentos y puse un comentario corto. Espero volver para tirarle duro a la posición de los antropólogos hondureños golpistas que creen que sólo ellos son dueños de la verdad, cuando los hechos demuestran todo lo contrario. Muy buenos también los comentarios de lo(a)s participantes gringa(o)s en el debate. También se observan allí las típicas posiciones de los científicos que aún conservan actitudes tradicionalistas que defienden un equivocado “neutralismo” de las ciencias sociales ante los hechos mondos y lirondos de la realidad política que afectan tanto a los científicos, como tales, como por supuesto a la ciudadanía entera, más en esta era de globalización. Creo que si esa resolución pasa ( soy optimista, creo que va a pasar pues va bien planteada), será un hito en la historia de las grandes asociaciones de profesionales en los Estados Unidos. Escribir en grupo no debería ser problema, ni la barrera del idioma tampoco. Por ahí en el foro debe de haber gente muy buena con la traducción para traducir cualquier manifiesto, comunicado o comentario. Apoyemos pues a Adrienne Pine, Rosemary Joyce y sus otros colegas en esta lucha por la verdad, la democracia y la justicia social en Honduras.

Juan Moreno

Propuesta de Resolución de la Asociación Americana de Antropología en apoyo a la Resistencia

Jueves 31 de Diciembre de 2009


Se puede ver el original en inglés junto con los comentarios aquí

CONSIDERANDO que el 28 de junio de 2009 el presidente democráticamente electo de Honduras, Manuel Zelaya, fue derrocado y exiliado por medio de un golpe de estado militar en un operativo dirigido por un general del ejército capacitado por la llamada Escuela de las Américas (SOA/WHINSEC);

CONSIDERANDO que desde la fecha antes mencionada un movimiento de resistencia compuesto por cientos de miles de ciudadanos hondureños ha protestado diaria y públicamente contra la usurpación de la democracia hondureña; y

CONSIDERANDO que cada uno de los informes rendidos por Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y de los organismos hondureños de Derechos Humanos CIPRODEH y COFADEH detallan numerosos asesinatos políticos extrajudiciales, cientos de ciudadanos inermes heridos por la policía y el ejército y miles de detenciones arbitrarias; y

CONSIDERANDO que la represión violenta ejercida por el estado se ha dirigido particularmente contra grupos de población marginados como son indígenas, garifunas, mujeres, transgénero, maestros de escuelas públicas y otros trabajadores, y los pobres, que en conjunto componen la enorme mayoría del pueblo hondureño; y

CONSIDERANDO que la antropología tiene una relación prolongada e histórica con los derechos humanos y las experiencias vividas por dichos grupos humanos, y la obligación de dar testimonio de los mismos; y

CONSIDERANDO que se ha restringido gravemente la libertad de expresión a través del asesinato de periodistas, el sabotaje y clausura de medios de comunicación, la revocación de los derechos constitucionales de libertad de expresión, de asamblea y de prensa; y

CONSIDERANDO que el régimen impuesto por los elementos golpistas ha amenazado y atacado físicamente a universitarios, a miembros de facultades, incluyendo la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, a investigadores y a instituciones independientes, entre ellos el Instituto Hondureño de Antropología e Historia; y

CONSIDERANDO que las elecciones vigiladas por las mismas fuerzas armadas que han cometido un gran número de las atrocidades antes mencionadas no constituyen recurso suficiente para resolver el daño vastísimo infligido a la democracia y la infraestructura hondureñas; y

CONSIDERANDO que el gobierno de los Estados Unidos de América se ha negado a reconocer oficialmente los actos del 28 de junio de 2009 como un golpe militar, y no ha reconocido ni condenado las violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno de facto; y

CONSIDERANDO que la violencia permanente patrocinada por el estado (hondureño) desestabiliza la región entera; y

CONSIDERANDO, en consecuencia, que la desestabilización y la hostilidad oficial hacia los esfuerzos o misiones intelectuales de cualquier tipo y especialmente los que atañen a grupos humanos marginados, vuelven más difícil y peligroso para los antropólogos realizar sus investigaciones en Honduras;

Sea, pues, resuelto que la Asociación Estadounidense de Antropólogos (American Anthropologists Association, AAA) apoya a los hondureños que se han resistido y continúan resistiéndose contra el golpe militar del 28 de junio de 2009 así como a la represión y explotación económicas llevadas a cabo por el régimen de facto; condena el papel desempeñado por las fuerzas armadas hondureñas tanto en el mismo golpe de estado como en sus secuelas y el financiamiento, entrenamiento y capacitación impartidos por los E.U.A. a tales fuerzas armadas; apoya la convocatoria hondureña a eliminar dichas fuerzas armadas hondureños; e insta con urgencia al Presidente Barack Obama y a los miembros del Congreso de los Estados Unidos de América a:

Reconocer y condenar las violaciones de derechos humanos que el gobierno de facto ha cometido en Honduras desde que se llevó a cabo el golpe de estado del 28 de junio de 2009; y

Dar apoyo y sostener a las fuerzas progresistas que en Honduras están esforzándose por crear una democracia auténtica y son merecedoras del apoyo y sostén que no han recibido de la comunidad internacional; y

Colaborar con países aliados para encontrar y llevar a la práctica una solución pacífica y diplomática a la crisis continua en Honduras.

Unirse a la mayoría de las naciones Latinoamericanas en la negación del reconocimiento y/o en el desconocimiento de los individuos que resultaron seleccionados en las elecciones celebradas el 29 de noviembre de 2009, en vista de que el régimen de facto fue omiso en restaurar la democracia en Honduras antes de la fecha antes mencionada, lo cual provocó condiciones que impidieron unas elecciones libres y justas.


Traducción hecha por María Soledad Cervantes Ramírez

http://quotha.net/node/677

Carta enviada por antropólogos hondureños que se oponen a la resolución de la Asociación Americana de Antropología

Jueves 31 de Diciembre de 2009 16:53


Tegucigalpa, M.D.C. 1 de diciembre de 2009

Profesora Setha M. Low, Ph.D.
Presidenta de la American Anthropological Association
slow@gc.cuny.edu
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Estimada Presidenta de la AAA:

Hemos sido informados sobre una moción concerniente a Honduras que será puesta a votación durante la próxima Reunión de Negocios de la AAA el 3 de diciembre, en Filadelfia. Por esta razón respetuosamente presentamos el siguiente alegato a Ustedes en representación de nuestra país, ya creemos firmemente que el pueblo de Honduras se merece la oportunidad de ser escuchado y de mostrar su buena voluntad al mundo.

Somos antropólogos y como tal hemos aprendido que es nuestra responsabilidad ética tomar ciertos pasos antes de considerar realizar un juicio, si acoso es necesario. Ciertamente, también somos hondureños, y puede sospecharse correctamente que tengamos un punto de vista parcializado (emic) sobre los eventos políticos que han ocurrido durante los últimos dos años en nuestro país, los cuales llegaron a su punto más intenso durante los últimos seis meses. Por otro lado, nuestro análisis de la situación se basa en nuestra experiencia cotidiana así como en nuestro reconocimiento de nuestro pasado remoto, nuestra historia reciente y la forma en que se manifiesta la vida en el presente. Todos nosotros hemos estudiado fuera de Honduras, en México, EE.UU. y Europa, y todos tuvimos la oportunidad de quedarnos en el extranjero, pero todos tomamos la decisión consciente de volver y darnos a nosotros mismos para hacer de Honduras un mejor lugar para las siguientes generaciones.

Todos nosotros enseñamos en universidades públicas y también trabajamos como consultores para el gobierno, organismos internacionales y ONGs y a excepción de uno de nosotros, todos hemos sido empleados en un momento u otro del Instituto Hondureño de Antropología e Historia. Las circunstancias en que dejamos la institución son diversas, pero todos reconocemos el importante trabajo que realiza y lamentamos profundamente que este santuario científico –uno de los pocos en el país- se haya convertido en un instrumento para lograr metas políticas y, que al hacerlo se haya comprometido la desde ya compleja misión del IHAH, es decir la protección de nuestra herencia cultural. Hasta ahora, Honduras ha sumado a sus modestos medios las donaciones y los préstamos internacionales de la comunidad internacional, específicamente los fonos obtenidos por nuestros colegas en los EE.UU. para llevar a cabo las investigaciones correspondientes. Esperamos que esta sea la manera en la cual la colaboración continuará y que nuestros colegas extranjeros de todo el mundo continuarán sumando esfuerzos con nosotros.

Los colegas estadounidenses que trabajan en Honduras conocen por lo menos a uno de nosotros y por lo tanto nos sorprende que ninguno haya tratado de contactarnos, por lo menos para proporcionarles datos sobre la situación política y corroborar o no su punto de vista. Respetamos las opiniones personales de nuestros colegas, pero nos disturba su actitud condescendiente hacia nosotros sus compañeros antropólogos y nos preocupa profundamente los medios a través de los cuales ellos presentan una visión parcial, si es que no tremendamente distorsionada, de la realidad hondureña. Simplemente citamos la “lista de lavandería” introducida en el cuarto párrafo de la propuesta Declaración de la AAA: “…las poblaciones indígenas, garífunas, mujeres, personas transgénero, docentes de escuelas públicas y otros trabajadores, y los pobres (sic).” De hecho, habríamos esperado un tratamiento más riguroso de tan diferenciados estratos en nuestra sociedad, y sólo quisiéramos mencionar que los docentes de las escuelas públicas ganan uno de los salarios más competitivos en Centroamérica y cuentan con beneficios múltiples y especiales por ley, como un contrato de trabajo de por vida.

El asunto principal que nos preocupa se refiere al estado de la investigación antropológica en nuestro país. No es exacto decir que ahora es más peligroso o difícil que los antropólogos conduzcan investigaciones en Honduras. Esta declaración precisamente impediría lo que los antropólogos hondureños intentamos apoyar, es decir investigaciones que develarán la verdad ante el ojo público. El próximo año, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras pondrá en funcionamiento el primer programa de Licenciatura en Antropología en el país. Nos ha tomado mucho tiempo convencer a las autoridades y al público en general de la importancia que tiene nuestro campo en el entorno universitario y de la gran contribución que hará para una mejor comprensión de nuestra sociedad multifacética y nuestra interacción con otros a nivel regional e internacional.

Algunos de nuestros colegas de los EE.UU. han voluntariamente abandonado sus proyectos de investigación en el Instituto Hondureño de Antropología. Hasta donde sabemos, no nos hemos enterado de ninguna hostilidad política sufrida por estos individuos. En cualquier caso, ellos podrían haber compartido sus preocupaciones con nosotros de manera que pudiésemos comprender una situación muy compleja. Esta es una situación con precedentes históricos muy arraigados, los cuales requieren –entre otras cosas- investigaciones y análisis rigurosos y a profundidad de las relaciones de poder existentes y de las corruptas prácticas que han caracterizado la arena política tradicional en nuestro país. Como antropólogos estamos comprometidos a llevar el conocimiento de nuestra disciplina, nuestras perspectivas y métodos a la práctica para proporcionar una comprensión más crítica, holística y matizada sobre la situación actual.

Podemos comprender el malestar de nuestros colegas extranjeros dada la situación política en Honduras, y existen asuntos relacionados con los derechos humanos ante los cuales también estamos muy preocupados. Sin embargo, somos la primera generación de hondureños que han sido testigos de siete gobiernos consecutivos electos democráticamente. Todos hemos formado parte activa de los cambios que nuestro país ha experimentado en lo que respecta a su vida democrática en los últimos veintisiete años, y muchos más cambios por venir en esta dirección ya que nuestra ciudadanía hondureña se ha visto fortalecida debido los recientes eventos.

Señora Presidenta, estamos conscientes que no todos los abajo firmantes somos miembros activos de la AAA, lo cual quizás nos imposibilita para solicitar que nuestra postura sea escuchada y considerada. Sin embargo, respetuosamente le presentamos esta carta y esperamos apelar a la objetividad, ética y buena voluntad de nuestro compañeros antropólogos en los EE.UU. Somos antropólogos optimistas y hondureños y confiamos que Ustedes contemplarán nuestra petición de reorientar la posición y el involucramiento de la AAA mientras se lleven a cabo y se concluyan nuevas investigaciones y escrutinios sobre la situación actual de los asuntos de Honduras.

Sinceramente,

Gloria Lara-Pinto
larapinto2003@yahoo.com
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Carmen Julia Fajardo Cardona
carmenjulia@yahoo.com.mx
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Silvia González Carías
silviagonzalezcarias@yahoo.es
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Eva Martínez Ordóñez
patrimonioihah@yahoo.com
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Fernando Cruz-Sandoval
fercruzan@yahoo.com
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Zulema Ewens
zewens@sigmanet.hn
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Cc: Dr. Virgínia Domínguez, Presidenta-electa, Asociación Americana de Antropologós

Cc: Dr. Dan Segal, Secretario, Asociación Americana de Antropologós

Cc: Instituto Hondureño de Antropología e Historia

[se puede ver el original en inglés con firmas aquí]

http://quotha.net/node/626

Fuente: Vos el soberano

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