GUATEMALA, abr (IPS) - El aislamiento internacional que mantiene a Honduras fuera del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y de la OEA no encuentra final cuando ya pasaron más de nueve meses del derrocamiento del gobierno de Manuel Zelaya, el hecho que lo motivó.
El último intento de Honduras por reinsertarse diplomáticamente lo llevó adelante el presidente Porfirio Lobo, quien asumió en enero, y fue buscar la reconciliación con sus vecinos centroamericanos.
En la cita, pactada para el 11 de este mes en Guatemala, estaba previsto que participaran el mandatario anfitrión, Álvaro Colom, y sus pares Daniel Ortega, de Nicaragua, y Mauricio Funes, de El Salvador.
Sin embargo, el encuentro fue cancelado a última hora por "problemas de agenda" de Funes, según informó el gobierno salvadoreño.
El propósito principal de Funes y Colom era trata de poner de nuevo a Honduras en el SICA, el máximo órgano de integración regional. Y para ello debían convencer a Ortega, el único mandatario centroamericano que aún no reconoce al gobierno de Lobo, quien ganó las elecciones realizadas bajo el régimen golpista de Roberto Micheletti,
El SICA está conformado por Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, mientras que República Dominicana participa como estado asociado.
"Los gobiernos de la región buscan flexibilizar la posición de Nicaragua para que Honduras vuelva al SICA y luego al seno de la OEA, organismos que en el marco de la crisis interna desactivaron relaciones con Honduras", dijo a IPS, Renzo Rosal, subdirector del no gubernamental Instituto Centroamericano de Estudios Políticos.
A consecuencia del golpe cívico-militar del 28 de junio que alejó del poder a Zelaya, tanto el Sistema de Integración Centroamericana como la OEA (Organización de los Estados Americanos), con sede en Washington, suspendieron la participación de Honduras.
La reincorporación de este país al SICA no se trata de "perdón y olvido", sino que para ello se requiere discutir temas más de fondo, según Rosal.
"Debería tratarse el rol del ejército hondureño en una sociedad democrática, el bipartidismo histórico en Honduras, la reconstrucción del tejido social, así como el papel que deben jugar la OEA y el SICA para contribuir a solventar estos conflictos", sostuvo el politólogo.
Este no es el primer capítulo de búsqueda de acercamientos entre Honduras y Nicaragua después del golpe que derrocó a Zelaya.
El presidente Lobo se reunió el 9 de este mes con su homólogo nicaragüense en Managua, sin lograr que Ortega reconociera definitivamente al nuevo gobierno de Honduras. "Hemos coincidido en que no se debe rehuir la palabra unidad, que es una necesidad vital, la unidad de la región centroamericana", fue la expresión más alentadora proferida por Ortega al respecto.
Sin embargo, a través de una declaración emitida en Managua los días posteriores al encuentro, representantes de partidos políticos de izquierda, como el Frente Sandinista de Liberación Nacional, del cual Ortega es secretario general, decidieron no reconocer al "gobierno de facto de Honduras".
El presidente hondureño ha sido más optimista. "Las relaciones con Nicaragua se van a normalizar igual como lo haremos con las demás naciones. No tenemos por qué estar con relaciones interrumpidas, mucho menos los centroamericanos", dijo Lobo el 9 de este mes.
Ángel Orellana, ex diputado del centroderechista Partido Liberal, dijo a IPS que mientras no se logren esclarecer los hechos ocurridos durante la asonada militar del año pasado Honduras no debe reintegrarse ni al SICA ni a la OEA.
En ese sentido, afirmó que será fundamental el trabajo que realice la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, cuyo decreto de creación fue firmado por Lobo el 13 de este mes, y que buscará el "esclarecimiento de los hechos ocurridos" antes durante y después del 28 de junio.
"Un mal precedente puede sentarse si no se cumplen los compromisos aquí pactados y se disculpe todo lo que se hizo", apuntó Orellana.
El analista político centroamericano José Dávila dijo a IPS que la apertura mostrada por Ortega al reconocimiento de Honduras es positiva, puesto que "el aislamiento de Honduras también afecta a Centroamérica".
"La lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, la pobreza y por un desarrollo humano sostenible necesita que los centroamericanos estemos unidos en temas estratégicos, más allá de consideraciones ideológicas", planteó Dávila.
Mientras, la presidenta electa de Costa Rica, Laura Chinchilla, en una visita a Honduras el 12 de este mes le manifestó a Lobo su apoyo para que el país se reintegre al SICA y a la OEA.
"Estaremos abogando como hasta ahora lo hemos hecho por la plena y total reincorporación de nuestra querida hermana república hondureña a todos los organismos de la región", dijo Chinchilla.
El diputado guatemalteco de la comisión de Integración Regional del Poder Legislativo, Félix Ruano, dijo a IPS que los gobiernos deberían reconsiderar el reconocimiento de Honduras y buscar consensos en los temas de inmigración y cooperación internacional. Por ahora, el presidente Funes anunció la realización de una reunión extraordinaria del SICA en El Salvador el 20 de julio, para cuando espera que "Honduras ya esté plenamente integrada al SICA".
"El propósito es hacer una evaluación del avance de la integración regional centroamericana y definir cursos a seguir para poder fortalecer el proceso ", dijo el mandatario salvadoreño. (FIN/2010)
Fuente: ipsenespanol.net
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