viernes, 14 de agosto de 2009

Realizada larga marcha antigolpista en capital de Honduras

Tegucigalpa, 14 ago (PL) El Frente Nacional contra el golpe de Estado de Honduras puso hoy a prueba la resistencia física de sus miembros, con una larga marcha por sectores populares de la capital del país.

Los opositores al golpe militar del 28 de junio pasado se concentraron temprano frente a la Universidad Pedagógica Nacional e hicieron luego un prolongado recorrido por barriadas populares del oriente de la urbe.

Coreando consignas contra los golpistas y otras para exigir el regreso del orden constitucional y del presidente Manuel Zelaya, los miles de manifestantes recorrieron varias avenidas para adentrarse después por la colonia Kennedy.

Desde los carros con altoparlantes, dirigentes del Frente Nacional contra el golpe de Estado expresaron a la población venir a visitarlos y desmentir las calumnias del gobierno de facto.

Entre ellas, la afirmación del presidente de facto, Roberto Micheletti, de que el movimiento popular son cuatro vagos enmascarados y vándalos.

Igual mensaje llevaron a la colonia Hato de Enmedio, una barriada popular donde la mayoría de las familias, como en la Kennedy, salieron a las aceras y balcones para aplaudir la demostración y corear Urge Mel (apelativo popular de Zelaya).

La Hato esta construida en las faldas y colinas de las montañas de la ciudad, y el recorrido, con empinadas cuestas, puso realmente a prueba la voluntad de los opositores al golpe, incluso de los más jóvenes.

La manifestación pasó por el anillo periférico de la ciudad y llegó hasta la Universidad Autónoma Nacional, para reconocer las protestas contra la asonada militar de estudiantes y otros sectores de la casa de estudios.

Cerca de un centenar de jóvenes, del Frente de Reforma Universitaria, salieron a saludar a la marcha y participar en el acto celebrado en el lugar.

El coordinador general del Frente, Juan Barahona, calificó la protesta de exitosa y aseguró que la resistencia proseguirá incluso después del regreso de Zelaya para lograr una asamblea constituyente.

Barahona convocó para mañana a una nueva manifestación pacífica, al asegurar a los manifestantes que la victoria sobre los golpistas se acerca.

ocs/rl

Fuente: www.prensa-latina.cu





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Continua escalada represiva

Observadores de derechos humanos y el Frente Nacional contra el Golpe
denuncian



Por Jennifer Moore



El jueves 13, a casi siete semanas del
derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, el Frente Nacional contra el
Golpe de Estado dio una conferencia de prensa en la capital de Honduras,
para denunciar la violencia excesiva y la represión. También criticó al
régimen golpista por la utilización de centros de detención que
recuerdan la violencia, las desapariciones y torturas de la década de
1980. Por su parte, la quinta delegación de observadores/as
internacionales emitió un boletín en el que denuncia "las múltiples y
graves violaciones de derechos humanos perpetradas por las fuerzas de
seguridad del Estado, tales como la policía nacional, el Comando de
Operaciones Especiales ( COBRA) de la policía nacional, y el ejército
nacional". Expresó su gran preocupación por la “situación de deterioro
rápido y acelerado de los derechos humanos en el país y por el bienestar
de las múltiples personas que aun están detenidas". Exigió que las
autoridades entreguen una lista con los nombres de todas las personas
detenidas, con información sobre su estado de salud.

En su declaración, los/as observadores/as internacionales recordaron
cómo cientos de policías y militares rodearon la marcha del miércoles en
Tegucigalpa y utilizaron gran cantidad de gases lacrimógenos, gas
pimienta y armas de fuego contra los/as manifestantes que marchaban
pacíficamente hacia el Congreso Nacional, donde se debatía un proyecto
de ley que propone restablecer el servicio militar obligatorio. Cuando
los manifestantes intentaron evacuar el centro de la ciudad, las
patrullas policiales persiguieron, capturaron y golpearon a numerosas
personas, incluyendo a jóvenes y ancianos, así como a personas que no
participaron en la manifestación. Los/as observadores también
documentaron la agresión contra los/las periodistas con credenciales. En
la ciudad industrial de San Pedro Sula, donde se llevaba a cabo una
manifestación al mismo tiempo que en Tegucigalpa, cientos de personas
fueron también detenidas. Más de dos docenas de personas siguen
detenidas y unas seis siguen sin aparecer desde el jueves, y se teme que
estén desaparecidas. En ambas ciudades, numerosas personas resultaron
heridas, algunas de ellas de gravedad. Marvin Ponce, diputado del
Partido de Unificación Democrática y miembro del comité ejecutivo del
Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, fue uno de ellos y sufre de
múltiples fracturas.

Algunos lugares de reunión utilizados por el Frente Nacional contra el
Golpe de Estado también han sido objeto de vigilancia, ocupación y
agresión. El edificio del Sindicato de Trabajadores de Bebidas (STIBYS),
que es de propiedad privada y utilizado con frecuencia como un lugar de
encuentro por el Frente, fue reportado como blanco de la vigilancia
militar y, durante la noche, varios disparos impactaron contra el
edificio. Del mismo modo, el martes por la noche se efectuaron disparos
contra las oficinas de Vía Campesina cuyo coordinador, Rafael Alegría,
es un líder muy visible del comité ejecutivo del Frente. Además, la
Universidad Pedagógica, donde las personas se reúnen a diario antes de
salir a las marchas pacíficas, fue tomada por militares el miércoles por
la tarde. Varias docenas de personas se mantuvieron detenidas en este
edificio durante la tarde y la noche, por parte de cientos de oficiales
militares así como miembros de las fuerzas especiales de policía
(COBRA). Inicialmente, solo se permitió la entrada a fiscales para
observar lo que estaba ocurriendo, mientras que a la sociedad civil y a
las delegaciones internacionales de Derechos Humanos las hicieron
esperar durante varias horas antes de permitirles ingresar.

Por su parte, el Frente Nacional contra el Golpe de Estado también
criticó a las fuerzas armadas por el uso de los centros de detención
relacionados con la violencia, la tortura y las desapariciones llevadas
a cabo en los años 80, y condenó el vandalismo que tuvo lugar a raíz de
una marcha pacífica el martes pasado, que fue utilizada por el régimen
de facto para justificar el incremento de la represión y por los medios
de comunicación para mostrar a los manifestantes como violentos. El
Frente definió a estos incidentes como "el producto de la provocación de
infiltrados" y recordó que el asesor de seguridad especial del gobierno
de facto es Billy Joya, un ex miembro del infame Batallón 316, que fue
una unidad paramilitar responsable de la muerte de cientos de personas.

El coordinador de la Vía Campesina y miembro del comité ejecutivo del
Frente Nacional, Rafael Alegría, declaró: "En principio, el Frente apoya
marchas pacíficas y exige la movilización pacífica. En ningún momento
convocamos a actos violentos. Parece que estos incidentes son
responsabilidad de grupos interesados en arruinar la movilización
social". Un observador internacional también comentó a ALAI que está
"muy impresionado". "Veo gente con mucha dignidad y fuerza –continuó-
que han logrado mantener una movilización durante todo este tiempo, y en
las condiciones que hemos visto. Este es un movimiento popular sin
recursos que se ha movilizado sin violencia de una manera ejemplar”.
Reflexionando sobre la manera en que incidentes como la quema de un
autobús y de un restaurante el día martes son utilizados contra el
movimiento, añadió: "Es importante valorar la resistencia pacífica de
estas personas que exigen el retorno a la constitucionalidad y la
transformación de un Estado que se basa en las históricas injusticias".

Representantes del Frente añadieron que se están tomando medidas a fin
de evitar nuevas perturbaciones y hacen un llamado a que se realicen más
actos culturales para la resistencia y hacia el restablecimiento del
Presidente Zelaya, así como el establecimiento de una Asamblea Nacional
Constituyente para reescribir la Constitución del país acorde a los
intereses de la mayoría pobre de Honduras.

- Jennifer Moore es periodista independiente canadiense desde Honduras
para ALAI y FEDAEPS.

Fuente: http://alainet.org



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Los botones de Barack Obama

Karen Bähr Caballero



Interpelado por varios periodistas durante una conferencia de prensa dedicada a las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, el Presidente estadounidense, el Señor Barack Obama, afirmó que no posée los medios para dar una solución rápida a la crisis política hondureña. " No puedo puyar un botón y restaurar al Señor Zelaya", afirmó.

http://www.nytimes.com/reuters/2009/08/07/world/international-us-honduras-obama.html

El presidente responde así a los grupos que han criticado la política estadounidense en Honduras pero ahora piden la intervención de ese país. pero esta paradoja en realidad no es tal. Para entenderlo hay que aprehender el verdadero significado de esta demanda.

Lo que está pasando ahorita en Honduras va más allá del 28 de junio. Lo que está pasando ahorita en Honduras es la expresión de una exigencia de democracia por parte de una población que quizo creer el cuento de que las cosas han cambiado desde la época de la guerra fría. Que creyó hoy en día, todas las expresiones políticas pueden construír espacios de participación y canalizar así sus diversas reivindicaiones. Que se creyó el cuento de la democracia, pues. Un cuento que nos han venido contando sucesivas administraciones estadounidenses y las agencias de cooperación que ese país controla.

Los antecedentes más evidentes de ésta exigencia, en el mediano plazo, se encuentran en varios hechos de resonancia nacional : la consolidación de la sociedad civil, la huelga de los fiscales, las demandas de los movimientos ambientalistas comunitarios; el rechazo de las organizaciones populares a la restucturación económica. Y en el largo plazo, en las demandas históricas de justicia social y económica de los años 30, la huelga del 54 y las demandas campesinas de distribución justa de la tierra de los años 60's. Todas demandas que exigían la consolidación del estado de derecho y el ejercicio de la ciudadanía política, social y económica por parte de todas y todos los hondureños.

Lo que está pasando ahora en Honduras es que una población - que tiene bien claro lo que entiende por democracia - está pasandole la cuenta a la democracia a medias, la democracia de fachada que nos han vendido los chanfallas y los chirinos de la era de la gobernabilidad. Esta misma población, siguió con muy buenos ojos, como quién mira una buena telenovela, el proceso de la elección estadounidense y se alegró porque, creyó que en su corolario ganaron Obama y la democracia.


El Señor Obama no puede pretender, como quién puya un botón, borrar con su sola estampa, el carácter histórico de la relación entre los Estados Unidos y Honduras. Ni puede, de ninguna manera, evadir la responsabilidad histórica que tiene su país en la construcción fallida de la democracia hondureña.

No puede puyar otro botón y eludir la oportunidad que se le ofrece ahora de confirmarle a América Latina y al mundo, su verdadero compromiso con la democracia. El Señor Obama no puede puyar otro botón más y dejar de ser el presidente del país más influente del mundo (y ciertamente el más inlfuencia tiene en Honduras) y ser solamente el presidente de los estadounidenses.

Que quede claro: lo que le pedimos al Señor Obama, no es que recurra a los botones de la intervención ilegitima que otras administraciones estadounidenses puyaron con demasiada frecuencia en Honduras. Lo que le exigimos, es que asuma la responsabilidad histórica de su cargo y que aproveche la oprtunidad de correjir las acciones de sus predecesores que con tanta frecuencia obstaculizaron la democratización en Honduras. Que nos muestre que el cambio del que tanto habló en su campaña también se refleja en las relaciones de su país y el nuestro.

Lo que le pedimos al Presidente Obama, es que haga, ni más ni menos, lo que otros países del mundo ya han hecho, es decir condenar el golpe de estado en Honduras más allá del discurso : retire su embajador, congéle todas las ayudas financieras y otras de su país a Honduras, condene sin ambiguedades las violaciones de los derechos humanos que están teniendo lugar en el país de manera cotidiana; multiplique las presiones diplomáticas de su gobierno para restaurar el orden constitucional y el retorno del presidente electo, que aunque no sea el mejor para los Estados Unidos, ni es el mejor para muchos hondureños, fue el que la mayoría de los hondureños que votaron eligió.

Le pedimos también otras medidas, que pueden tener un impacto muy significativo considerando la alienación de la elite hondureña, tales como el retiro de la visa estadounidense a todos los funcionarios golpistas.

La gravedad del caso lo amerita y legitima.

Su cargo viene con muchos botones señor Presidente. Usted escoja.

Una cacería en Tegucigalpa

La policía antimotines reprime a los seguidores de Zelaya


Por Arturo Cano


La Jornada



Los detenidos cada vez son más y presentan huellas visibles de los golpes. La escena se repite por las calles de la capital hondureña. También en el Parlamento, donde Micheletti asumió como presidente de facto hace más de un mes.

Alba Leticia Ochoa, 52 años, ingeniera agrónoma con estudios de posgrado en Costa Rica, camina altiva en medio de tres cobras: ¡Me llevan porque no ando con (cédula de) identidad!, grita. Uno de los cobras –policías antimotines con uniformes camuflados, los más duros– intenta empujarla: ¡Voy caminando!, se impone Alba Leticia, antes de traspasar la valla de militares que resguarda la sede del Congreso Nacional.

Adentro se la cobran. Frente a una pared, unas quince personas están tiradas en el piso, sin camisas y sin zapatos, varios de ellos con lesiones por los bastonazos recibidos (aunque, en rigor, los soldados no portan bastones, sino tubos). Dos policías quieren obligar a Alba Leticia a echarse al piso, al lado de los otros detenidos. Ella se resiste. Un policía le tira un golpe. Entra al quite una mujer de uniforme. Alba Leticia se desgarra a gritos. Un oficial hace una seña y los soldados de la primera fila alzan sus escudos para que fotógrafos y camarógrafos no capturen la golpiza.

La escena se repite una y otra vez, desde la una de la tarde, hora en que comienza la cacería por todas las calles del centro. Llegan más detenidos, algunos con huellas visibles de los golpes. Reciben el mismo trato. “Me llevan nada más porque ellos quieren”, dice un hombre. Semidesnudos, los tienden en el suelo, a los pies del salón de sesiones, donde el pasado 28 de junio los diputados hicieron presidente a Roberto Micheletti, tras aceptar una supuesta renuncia de Manuel Zelaya.

Como si fuera función de circo

Policías y empleados del Congreso se acercan a los detenidos para mirarlos, como bichos raros. Desde los ventanales de arriba, otros empleados parecen asistir a una función de circo. Los soldados alzan una y otra vez sus escudos, en un intento de que no haya testimonios gráficos.

A pesar de que el Congreso es una muralla verde, la gente se acerca poco a poco. Un hombre suplica: “¡Llévenlos, pero no los golpeen!”. Mabel Carolina López, cuya hermana está ahí, tendida en el piso, deja los pulmones en su reclamo: “¡Mi hermana es maestra de Choluteca y está golpeada, le dieron de bastonazos! ¡Tienen que venir los cascos azules, nos están matando, ya no soportamos esto!” Los soldados ni se inmutan.

Un nuevo contingente de soldados llega desde una calle aledaña: ¡Fuera! ¡Circulen! ¡Prensa internacional!, dice una voz. ¡Largo de aquí!, vocifera el valiente capitán, mientras reparte golpes con un fuste.

Mabel Carolina se va con un grito: “¡Ya van a ver cuando venga (Hugo) Chávez, desgraciados!”.

'El éxito de las marchas multitudinarias comprueba la convocatoria de la resistencia en Honduras'

Entrevista a Helen Umaña, Premio Nacional de Literatura de Honduras


Por Mario Casasús


TeleSur


Helen Umaña, Premio Nacional de Literatura de Honduras (1989), es autora de: Literatura hondureña contemporánea (1986); Narradoras hondureñas (1990); Ensayos de literatura hondureña (1992); Francisco Morazán en la literatura hondureña (1995); Panorama crítico del cuento hondureño (1999); La novela hondureña (2006) y La palabra iluminada. El discurso poético en Honduras (2008), entre otros títulos de crítica literaria, antologías, ensayos académicos y de apreciación estética.

En exclusiva para teleSUR y con la sabiduría de los años, Helen Umaña afirma que La Cuarta Urna y la Asamblea Constituyente: "Lo pueden impedir para un futuro cercano. Pero en la conciencia popular la idea de una nueva Carta Magna ya prendió con una fuerza increíble. Creo que, eso, a un plazo quizá más distante, es imparable y la dirigencia popular sabrá encontrar mecanismos adecuados para que se haga realidad. El éxito de las marchas multitudinarias comprueba su capacidad de convocatoria"

MC.-Usted vivió el exilio en Guatemala, debido a la persecución que sufrió su padre a manos del gobierno de Tiburcio Carías; paradójicamente recibe las noticias del golpe mientras regresa de Guatemala para votar por La Cuarta Urna, ¿por qué decide quedarse, esta vez, en Honduras?


HU.- Quizá debo hacer una aclaración. Mi padre salió en 1944 como exiliado. Yo tenía dos años. Mi infancia transcurrió en Guatemala. Crecí sintiéndome guatemalteca. Me casé allá y formé una familia: cuatro hijos y once nietos. En la década de 1980 trabajaba en la Universidad de San Carlos, una de las instituciones más castigadas por la represión. Bajo el régimen de terror del general Romeo Lucas García, me vi obligada a salir de ese país y mi destino, ya que yo había nacido aquí, fue Honduras, país al que yo no miraba como mi patria. Pero, al irme involucrando en la cultura, en la literatura, se fue generando un sentido de pertenencia, de identificación con Honduras. Cuando pude regresar a Guatemala, ya me había enraizado aquí y no quise retomar el hilo de mi trabajo en ese país. Pero, en treinta años, nunca (con la excepción de este período posgolpe) han pasado quince días sin que vaya a Guatemala a compartir con mi familia. En cierta forma, un exilio (el de mi padre) me alejó de Honduras; otro (el mío), me trajo a un mundo desconocido que me exigió una gran cuota de dolor. Una especie de vida marcada por dos exilios. De consolidarse la dictadura micheletista, se le estaría dando carta blanca a otro período represivo, una posibilidad muy real que, ojalá, no le dé un nuevo vuelco a mi vida. No quisiera sufrir una especie de tercer exilio.

MC.-En un principio describió el golpe de Estado desde "el intenso impacto emocional. En esencia, abortar, con alevosía, la semilla de lo que pudo ser un encaminar al país por senderos de equidad y justicia"; ¿qué caudal de emociones y pensamientos han transcurrido desde entonces?

HU.- Yo sé, en carne viva, lo que significa un régimen en donde los militares ejercen un protagonismo en la escena política. El 28 de junio reviví, como en una especie de flask back cinematográfico, todo el horror experimentado en Guatemala. Temí, hasta en lo más hondo de mí misma, que Honduras se precipitase en un precipicio similar. Las muertes, la férrea represión en la región de El Paraíso (en donde se llegó al extremo de negar el paso a la Cruz Roja que portaba alimentos), las brutales consecuencias de las marchas reprimidas, el silencio casi criminal de los medios informativos, confirman mis temores. De no revertirse el golpe, Honduras puede estar a las puertas de un oscuro período represivo. Pero, frente a ese aspecto negativo, la valiente e inesperada respuesta del pueblo hondureño, su heroica resistencia, me indican que el golpe de Estado ha sido una especie de reactivo que ha hecho que muchos hondureños y hondureñas despierten, se quiten la venda de los ojos y visualicen las intrincadas redes que expliquen qué fuerzas -nacionales e internacionales- están detrás del golpe. Ahora, ya más serena, sé que, pese a todo, estas dolorosas circunstancias están fructificando en una nueva consciencia social. En otras palabras, la política, en Honduras, ya cuenta con un ingrediente nuevo, renovador, y que augura futuras batallas en pro de una sociedad más justa y equitativa.

MC.-En su primer artículo "El miedo a una palabra de dos letras", usted se avergonzaba de "La ambigüedad e indiferencia de la máxima casa de estudios. Duele el comunicado gallo-gallina de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras"; recientemente la comunidad universitaria fue víctima de los crímenes del régimen de facto, ¿ni la ambigüedad e indiferencia resguardaron a la UNAH de la represión golpista?

HU.- Cuando veía la transmisión televisiva que recorre, paso a paso, la histórica jornada, sólo se me venía a la mente aquel famoso poema de Bertolt Brecht: "Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. (Â…) Después siguieron con los curas (Â…), pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde". En otras palabras, la represión va ampliando su radio de acción hasta que alcanza a los indiferentes, a los que vieron cometer el crimen y callaron. Las autoridades universitarias pudieron experimentar, en su propia piel, qué sienten las personas cuando se ven frente a esos pelotones de hombres dotados de máscaras antigás, grandes escudos y armados hasta los dientes (y no con balas de goma). Toda una lección. La UNAH, amparada en la supuesta neutralidad de la ciencia, en esta difícil coyuntura, no ha estado a la altura de las circunstancias. Los juicios de los historiadores presentes y futuros no serán clementes con ella. Los brotes de dignidad han sido aislados (posturas de análisis y rechazo realizadas a título personal, comunicados y acciones solidarias de organizaciones estudiantiles, un claustro de docentes pronunciándose al respecto pero que, incluso, fue cuestionado por otros miembros del mismo), no institucionales. La UNAH, en su conjunto, nunca entendió que la cuestión no implica un apoyo a Mel. El meollo del asunto radica en un punto que nunca se debió ignorar o minimizar: un golpe de Estado es un retroceso anacrónico y había necesidad de abogar, desde su alta envestidura y con verdadera fuerza persuasiva, por el restablecimiento del estado de derecho, inclusive porque, en ella misma, se alberga la Escuela de Derecho más antigua del país.

MC.-En una declaración de principios dijo: "Desde hace treinta años, sólo he escrito sobre arte y literatura. Pero la ruptura del orden constitucional y el descaro con que actuaron Micheletti y sus socios golpistas me sacaron de la voluntaria torre de marfil", ¿qué satisfacción personal le deja no vivir en la indiferencia?, ¿otros colegas siguen su ejemplo y ya bajaron de la torre de marfil?

HU.- Me costó incorporarme a la Resistencia. Desde el principio supe cuál era mi deber. Mi experiencia había sido demasiado dolorosa y temía que se repitiese. El terror es paralizante. Pero la conciencia no me dejaba en paz. Para "aquietarla", redacté el artículo que usted citó. Publicarlo, espiritualmente, me tranquilizó. Me trajo paz interior porque estaba actuando conforme a los principios éticos que constantemente he proclamado frente a mis hijos, frente a mis nietos y frente a muchas generaciones de alumnos. Siempre he expresado, en las aulas y en mis escritos, que todos estamos obligados a transformar el pedacito de mundo dentro del cual vivimos. No podía, ya cuando vivo la recta final de mi existencia, desdecir, con un acto de cobardía intelectual, la trayectoria moral de toda mi vida. Respecto de la última pregunta, pienso que cada quien responde a planteamientos ideológicos provenientes o de una posición de clase o de una situación de alienación de la propia realidad. Pero sí cuesta entender cómo personas inteligentes y sensibles se niegan a ver lo que está ocurriendo en Honduras y se han puesto en contra de los sectores populares.

MC.-En "La pisoteada dignidad de un artista popular", usted denuncia el dolo y desvirtualización que hace El Heraldo con las declaraciones del escultor Juan José Valle Larios; ¿concedería una entrevista para la prensa golpista a sabiendas que todo lo que diga será utilizado en su contra?, ¿cuál es su lectura de la manipulación periodística?

HU.- Creo que, en la actual coyuntura política, la prensa golpista no estaría interesada en entrevistarme. En el futuro, dada mi participación dentro de la Resistencia, tampoco estarán interesados en hacerlo. Creo que al escultor Valle Larios le dieron ese trato tan infame porque es un artista popular. Para ellos, un don nadie intrascendente que sólo les sirvió para sus propósitos políticos espurios. Con relación a la manipulación periodística, la juzgo esencialmente inmoral: ellos mienten con conocimiento de causa. Son maquiavélicos en la forma de presentar los hechos. Saben, a la perfección, en qué consiste la selección y acomodo de los distintos tipos de signos (verbales, icónicos, proxémicos, etcétera) para lograr determinados efectos dentro de un público, generalmente, acrítico. Inclusive, con el episodio en la UNAH, pese a la claridad del video, hubo "periodistas" que dijeron que los policías habían "salvado" a la rectora de las turbas de "infiltrados" y "falsos estudiantes" que estaban en la universidad.

MC.-Siguiendo con el análisis, usted dice: "la respuesta humanitaria de Mel Zelaya quizá explique o ayude a entender por qué la gente humilde se ha volcado en su defensa"; ¿es el caso de los artistas populares, poetas, escritores e intelectuales en resistencia?

HU.- Esa fue una frase que dudé en escribir. Finalmente la dejé porque pienso que Mel tiene una personalidad sui géneris. Se sale del protocolo, bromea con el público, platica con cualquiera y hasta canta. Un comportamiento que chocó con las personas acostumbradas a los protocolos rígidos usuales. Pero al pueblo ajeno a refinamientos y fórmulas rígidas de cortesía le gustaba ese estilo. Mel supo "llegar", con su manera de ser campechana, a muchas personas que siempre habían recibido la indiferencia o el desprecio de los poderosos. Su respuesta al ver a un hombre humilde mostrándole un caballito por encima de las cabezas de sus guardias, indica la existencia de un real interés en los demás. Muchos dirán que eso es populismo. Yo lo veo como una prueba de la existencia de una fibra humana de alguien a quien sí le interesan los demás. Un poco como cuando, en la calle, nos asalta la mano de una anciana o de un niño pidiéndonos una limosna. Los científicos sociales rechazan ese tipo de caridades. Algo humillante que no resuelve el problema. Pero como sabemos que el hambre de esa anciana o de ese niño dependen del lempira que le podamos dar, a regañadientes, lo sacamos de nuestra bolsa y se lo damos porque intuimos que, para ellos, las soluciones sociales permanentes, probablemente, lleguen muy tarde.

MC.-Cito un párrafo que escribió en "La hora del pueblo", "cuál es su meta inmediata: trazar los pasos concretos para llegar, organización y unidad mediante, a la redacción de una nueva Constitución, única opción para la restauración global del país", ¿qué sucederá si los Acuerdos de San José impiden la consulta para una Asamblea Constituyente?, ¿qué estrategia le queda al pueblo organizado si los golpistas imponen al próximo presidente?

HU.- Lo pueden impedir para un futuro cercano. Pero en la conciencia popular la idea de una nueva Carta Magna ya prendió con una fuerza increíble. Creo que, eso, a un plazo quizá más distante, es imparable y la dirigencia popular sabrá encontrar mecanismos adecuados para que se haga realidad. El éxito de las marchas multitudinarias comprueba su capacidad de convocatoria.

MC.-La burócrata encargada de la cultura de facto, Mirna Castro, prohibió varias joyas de la literatura hondureña; el régimen de Micheletti piensa asignar a los milicos, el edificio del Centro Documental de Investigaciones Históricas de Honduras, eso ya lo vimos en Chile: por decreto se prohíbe a varios autores y el "Centro de Convenciones Gabriela Mistral" fue cedido a la Junta Militar de Pinochet; usted lo denomina "Delitos de lesa cultura", ¿cuál es la importancia de denunciarlos ante la UNESCO?, ¿otros acervos están en riesgo de sufrir graves pérdidas?

HU.- La importancia de la denuncia internacional nace de la propia indefensión en que ha quedado el patrimonio cultural de Honduras. De una ministra capaz de formular las sandeces que le hemos oído, sólo pueden esperarse desaguisados mayores a los ya perpetrados. Pero lo terrible, en este caso, es que estamos frente a un férreo cerco mediático de ocultamiento de la verdad. A la población se la desinforma. Por lo mismo, tampoco se formulan comentarios que clarifiquen el trasfondo de las decisiones ministeriales (vr. gr., el despido de funcionarios capaces, la agresión verbal contra las casas de cultura, el hostigamiento a los empleados del Instituto de Antropología e Historia). El panorama es desolador porque la depredación cultural puede pasar inadvertida. Documentos invaluables para estudios futuros pueden quedar destruidos para siempre, tal como pasó con los tesoros que albergaba el museo de Bagdad. Frente a ese estado de indefensión, quizá sólo la intervención de instancias de prestigio internacional como UNESCO pueda contener la acción depredadora. Asimismo, hay que tomar en cuenta que, tal como están actualmente las cosas, magníficos proyectos que se llevan a cabo mediante ayuda o colaboración internacional, están suspendidos. El golpe de Estado también ha sido un golpe a la cultura.

MC.- Usted es crítica de arte; históricamente los procesos sociales se expresan con importantes legados pictóricos en los murales y en el diseño de panfletos, ¿advierte una nueva gráfica popular en Honduras?, ¿cuál es la tradición en las artes plásticas hondureñas?

HU.- Las artes plásticas hondureñas tienen una tradición sumamente rica. En la mayor parte de los artistas es muy fuerte la crítica social y sus trabajos advierten que no han sido ciegos al entorno. Desde Pablo Zelaya Sierra con su escalofriante denuncia del salvajismo y la crueldad de la guerra civil, hasta el trabajo de los más jóvenes. La fuerza de su trabajo radica, justamente, en esa vinculación con el momento histórico en el que les ha tocado vivir y éste no será la excepción. También existe una extraordinaria vitalidad en el campo de la caricatura política. Los periódicos del siglo XX lo comprueban en forma incontrovertible. El golpe de Estado, como lo observamos al abrir las páginas de Internet, desató una verdadera explosión gráfica no sólo en Honduras. Caricaturistas del mundo entero han hecho mofa de los absurdos y contradicciones de Micheletti y sus socios golpistas. Una especie de sangriento teatro del absurdo de dimensiones estrambóticas. Y no quisiera terminar sin referirme a otra forma artística fundamental en nuestra época: la fotografía. Hay fotos realmente inolvidables. Ellas, por sí solas, hablan de la magnitud de lo que está ocurriendo en el país. El cronista del futuro que quiera entender este período no podrá remitirse a los periódicos mentirosos que han ocultado o tergiversado la información. Habrá de acudirse a los archivos fotográficos que se están dando por millares. En cámaras y celulares se ha registrado la brutalidad y torpeza del sector dominante, pero también la dignidad y la valentía del pueblo hondureño.

MC.- Finalmente, ¿nos recomendaría la lectura de algunos autores de novelas sobre la reciente historia hondureña?, por otra parte, ¿está recopilando los poemas y ficciones que se escriben online para denunciar el golpe de Estado?

HU.- Uno de los factores que me ha retenido en Honduras es la admiración que siento por su literatura. Nunca deja de sorprenderme. Inclusive, cuando se lee el Manifiesto de David de Francisco Morazán o los escritos de Valle o de Ramón Rosa, se advierte su actualidad. Como si el tiempo no hubiese transcurrido, sus reflexiones se aplican perfectamente a nuestra época. Pero contestando a su pregunta, hay autores (poetas, cuentistas y novelistas) que han incidido en temas como los que usted propone. Nombres concretos: Eduardo Bähr, Julio Escoto, Roberto Castillo, Marcos Carías, Longino Becerra, Roberto Sosa, Pompeyo del Valle, José Adán Castelar, Rebeca Becerra, Amanda Castro, Rigoberto Paredes y Roberto Quesada...

"Respecto de la última pregunta, es asombrosa la cantidad de poemas, canciones y textos de matiz literario que generó y seguirá generando este golpe. Especialmente es importante aludir a otro fenómeno de una validez indiscutible: el de los escritos de raíz popular. Campesinos, obreros, amas de casa, estudiantes de secundaria, etcétera, leen sus poemas en las radios que dan participación al público y los comparten en los actos culturales que se desarrollan durante las marchas y plantones populares. Quizá desagraden al profesor de ínfulas académicas, pero tienen una legitimidad humana extraordinaria. Es tal el rechazo al golpe que obligó a la población a este tipo de respuestas, dentro de las cuales también tendríamos que hablar de la riqueza de los grafitos y consignas coreadas durante los actos de protesta pacífica. En otras palabras, la necesidad de la catarsis a través del arte"


Fuente: /www.telesurtv.net

El golpe en Honduras: La conexión estadounidense

Por Conn Hallinan

Global Research



Aunque la administración Obama puso buen cuidado en distanciarse del reciente golpe en Honduras –condenando la expulsión del Presidente Manuel Zelaya a Costa Rica, revocando los visados de oficiales hondureños y cortando las ayudas-, eso no significa que no haya influyentes estadounidenses implicados ni cosas que explicar por ambas partes.

La historia que les está llegando acerca del golpe a la mayoría de los lectores estadounidenses es que Zelaya –un aliado del Presidente venezolano, Hugo Chavez- fue depuesto porque trató de cambiar la constitución para así poder mantenerse en el poder.

La historia representa una distorsión masiva de los hechos. Todo lo que Zelaya estaba intentando hacer era preparar un referéndum no vinculante que llamara a celebrar una convención constitucional, una medida por la que llevaban mucho tiempo abogando sindicatos, grupos indígenas y organizaciones de activistas sociales. La actual constitución fue elaborada por el ejército hondureño en 1982 y el límite de un solo mandato permite que los oficiales militares de alto rango dominen la política del país. Ya que la convención iba a celebrarse en noviembre, el mismo mes de las próximas elecciones presidenciales, no había ninguna posibilidad de que Zelaya hubiera podido permanecer en su puesto. Lo más que podría haber hecho era presentarse una vez transcurridos cuatro años.

Y aunque Zelaya, en efecto, se muestra amistoso con Chavez, es como mucho un reformador liberal cuyo mayor logro ha sido elevar los salarios mínimos. “Lo que Zelaya ha hecho han sido pequeñas reformas”, declaró Rafael Alegría, un dirigente de Vía Campesina, al diario mejicano La Jornada. “No es ni un socialista ni un revolucionario, pero esas reformas, que hicieron mucho daño a la oligarquía, fueron lo suficiente para que le atacaran con toda furia”.

Una de esas “pequeñas reformas” tenía como objetivo asegurar el control público de la industria de las telecomunicaciones hondureñas, y bien pudo haber sido el detonante que provocó el golpe.

El primer indicio de que había algo en marcha fue un pleito entablado por el abogado venezolano Robert Carmona-Borjas afirmando que Zelaya formaba parte de una red de sobornos en la que estaba implicada la compañía de telecomunicaciones estatal Hondutel.

Carmona-Borjas tiene antecedentes penales que datan del golpe de abril de 2002 contra Chavez. Fue él quien redactó los infames “decretos Carmona”, una serie de leyes draconianas que perseguían suspender la constitución venezolana y suprimir cualquier resistencia al golpe. Como los seguidores de Chavez se lanzaron a las calles y el complot quedó al descubierto, tuvo que escapar a Washington D.C.

Allí encontró un puesto en la Universidad George Washington y se llevó a los conspiradores del Irán-Contra Otto Reich y Elliott Abrams para que dieran clase sobre “Administración Política en América Latina”. También se convirtió en vicepresidente de la derechista Fundación Arcadia, que presiona a favor de políticas de libre mercado.

Semanas antes del golpe hondureño del 28 de junio, Carmona-Borjas estuvo por todo el país haciendo campaña acusando a Zelaya de colaborar con los narcotraficantes.

Reich, un cubano-estadounidense vinculado a grupos derechistas por toda América Latina y ex vicesecretario de estado para asuntos del hemisferio con George W. Bush, ha sido acusado por la Organización Fraternal Negra Hondureña de “implicación incontestable” en el golpe.

Eso no es sorprendente en absoluto. Los antecedentes de Reich hacen que Carmona-Borjas parezca un boy scout.

Una investigación del Congreso de 1987 le pilló utilizando fondos públicos para dedicarlos a propaganda durante la guerra de la administración Reagan contra Nicaragua. También es un feroz abogado de Orlando Bosh y Luis Posada Carriles, ambos implicados en la bomba colocada en 1973 en un avión cubano que acabó con las vidas de los 73 pasajeros que iban a bordo.

Reich es un crítico feroz de Zelaya y, en un reciente artículo en el Weekly Standard, urgió a la Administración Obama a no apoyar al “hombre fuerte” Zelaya porque “eso colocaría de forma clara a EEUU en el mismo campo que los hermanos del Castro de Cuba, del Chavez de Venezuela y de otros delincuentes regionales”.

La vuelta de Zelaya ha sido unánimemente apoyada por la Asamblea General de Naciones Unidas, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos.

Una de las acusaciones que Reich lanza contra Zelaya es que supone que el presidente hondureño está implicado en sobornos pagados por la compañía estatal de telecomunicaciones Hondutel. Zelaya está amenazando con presentar un pleito por difamación ante esa acusación.

Las acusaciones de Reich contra Hondutel apenas se mantienen en pie.

El cubano-estadounidense, ex miembro del lobby AT&T, está muy próximo al Senador de Arizona John McCain, del que fue asesor para Latinoamérica durante la carrera del Senador para la presidencia. A John McCain se le llama Míster Telecomunicaciones.

El Senador tiene profundos lazos con gigantes de las telecomunicaciones como AT&T, MCI y Qualcomm y, según Nicolas Kozloff, autor de “Hugo Chavez: Oil, Politics and the Challenge of the U.S.”, “ha actuado para proteger y desarrollar los intereses políticos de las telecos en Capitol Hill”.

AT&T es el segundo mayor donante de MacCain, y la compañía financia también generosamente al Instituto Republicano Internacional de McCain (IRI, por sus siglas en inglés), que ha emprendido una guerra contra los regímenes de Latinoamérica que se han resistido a la privatización de las telecomunicaciones. Según Kozloff, “el Presidente Zelaya era conocido por ser un feroz crítico de la privatización de las telecomunicaciones”.

Cuando los dirigentes del golpe en Venezuela fueron a Washington un mes antes de su fallido esfuerzo de derrocar a Chavez, fue IRI quien pagó la cuenta. Reich, por entonces enviado especial de la Secretaria de Estado Condoleezza Rice al hemisferio occidental, se reunió con algunos de esos dirigentes.

En 2004, Reich fundó su propia agencia para desempeñar tareas de lobby y se metió de lleno en negocios de pistolas, ron, tabaco y ropa deportiva. Entre sus clientes figuraban Lockheed MartinBritish American Tobacco y Bacardi. También es vicepresidente de Worldside Responsable Apparel Productions, un frente industrial de ropa que persigue desbaratar el movimiento en contra de la confección de ropa en fábricas que funcionan con un régimen de mano de obra esclavista. (el mayor negociante del mundo de armas),

Los republicanos del Congreso han acusado a la Administración Obama de ser “suaves” con Zelaya y han protestado por el apoyo de la Casa Blanca al presidente hondureño votando en contra de los candidatos propuestos para los cargos de embajador en Brasil y vicesecretario de estado.

Pero la intromisión en Honduras es una tarea bipartidista.

“Si quieres entender quién es el poder real que hay tras el golpe [hondureño], tendrás que averiguar quien está pagando a Lanny Davis”, dice Robert White, ex embajador estadounidense ante El Salvador y actual presidente del Centro para la Política Internacional.

Davis, más conocido como el abogado que representó a Bill Clinton durante su impeachment, ha estado presionando a los miembros del Congreso y testificando en apoyo del golpe ante el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso.

Según Roberto Lovato, editor asociado de New American Media, Davis representa el capítulo hondureño de CEAL, el Consejo Empresarial para América Latina, que apoyó firmemente el golpe. Davis le dijo a Lovato: “Estoy orgulloso de representar a empresarios que están comprometidos con el estado de derecho”.

Pero White dice que el golpe tenía mucho más que ver con los beneficios que con el derecho.

“Los golpes tienen lugar porque gente muy rica quiere que se produzcan y ayudan con todos sus medios a ese objetivo, gentes que solían considerar el país como una máquina de hacer dinero y de repente se encuentran con una serie de leyes sociales a favor de los pobres que representan una amenaza para sus intereses”, dice White. “El salario medio de un trabajador en las zonas de libre comercio es de 0,77 $ [0,49 €] la hora”.

Según el Banco Mundial, el 66% de los hondureños vive por debajo del límite de la pobreza.

EEUU está también implicado en el golpe a través de toda una red de agencias que canalizan los fondos y entrenan a los grupos contrarios al gobierno. El Fondo Nacional por la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) y la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) contribuyen a financiar las organizaciones de extrema derecha que apoyaron el golpe, incluyendo el Movimiento por la Paz y la Democracia y la Unión Democrática Civil. Muchos de los oficiales que sacaron a Zelaya a San José estaban entrenados por el Instituto Hemisférico Occidental para la Cooperación de Seguridad, la antigua “Escuela para las Américas” que ha visto pasar por sus puertas a torturadores y golpistas de todos los países de América Latina. Reich trabajó para la junta del Instituto.

La Administración Obama condenó el golpe, pero cuando Zelaya viajó a la frontera entre Honduras y Nicargagua, la Secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton le denunció por su acción “provocativa”. Fue una declaración sorprendente teniendo en cuenta que el Departamento de Estado no dijo en cambio nada sobre un informe del Comité de Detenidos Desaparecidos en Honduras acusando de 1.100 violaciones de los derechos humanos al régimen golpista, incluyendo detenciones, palizas y asesinatos.

Las violaciones de los derechos humanos del gobierno golpista han sido condenadas por la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos, la International Observer Mission, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, el Comité de Protesta de los Periodistas y Reporteros Sin Fronteras.

Davis afirma que el golpe fue una maniobra “legal” para preservar la democracia. Pero ese es un argumento difícil de tragar teniendo en cuenta algunas de las personalidades que estaban tras él. Uno de ellos es Fernando Joya, un ex miembro del Batallón 316, un escuadrón de la muerte paramilitar. Joya escapó del país tras ser acusado de secuestrar y torturar a varios estudiantes en la década de los ochenta del siglo pasado, pero ha vuelto a aparecer ahora como “asesor especial de seguridad” de los golpistas. Recientemente, dio una entrevista por televisión en la que comparó favorablemente el golpe chileno de 1970 en relación con el golpe hondureño del 28 de junio.

Según Greg Grandin, profesor de historia en la Universidad de Nueva York, entre los golpistas tamibén figuraba una organización católica de extrema derecha, el Opus Dei, cuyas raíces datan del régimen fascista del caudillo español Francisco Franco.

En los viejos días, cuando EEUU derrocaba rutinariamente los gobiernos que no le gustaban, los Marines habrían entrado, como hicieron en Guatemala y en Nicaragua, o la CIA habría urdido un golpe a través de las elites locales. Nadie ha acusado a la inteligencia estadounidense de estar implicada en el golpe de Honduras y las tropas de EEUU en el país están manteniendo un perfil bajo. Pero las huellas de instituciones estadounidenses como NED, USAID y la Escuela para las Américas –más los lobbystas bipartidistas, corporaciones poderosas e inspirados guerreros de la Guerra Fría- están todos metidos en la toma del poder de junio.


Fuente: www.rebelion.org




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La Hoguerra de Míster George Obama

Por Milson Salgado


Estados Unidos es Estados Unidos y la Doctrina Monroe y el Big Stick Policy no son un mecanismo internacional de extorsión de finales de siglo XIX ni de principios del XX, sino más bien la refundación torpemente sutil y claramente burda de su propia esencia expansionista en el propio siglo XXI, mal denominado posmoderno y globalizado.

El derrumbe de la economía mundial provocada por el juego digital de los especuladores de Wall Street precisaba un mesías con un perfil diferente al cowboy de Texas, que disparaba balas hasta en sus taimadas palabras de luterano del Mayflower. Pero las caras blancas, negras, amarillas, rojas, azules que llegarían a la presidencia de Estados Unidos no cambiarían en nada las líneas estructurales de la política exterior de un imperio que está ávido de mercados, territorios, colonias, bases militares, petróleo, místicas neoliberales y presidentes de frac bien educados que agachen la cabeza como los monjes budistas.

Nadie podía imaginarse que las encrucijadas del señor OBbama en sus primeros meses de mandato tras su apabullante popularidad se iban a cifrar en una provincia de Centroamérica. Esta Honduras insignificante -en sus jergas cosmopolitas- con sus hombres del paleolítico como golpistas por un lado y con una resistencia de hombres y mujeres heroicas por el otro, han desnudado los hilos políticos del poder en Washington, la verdad irrefutable de que el presidente de Estados Unidos es el encargado de la política interior y que la política exterior no se toca ni con el pétalo de una flor, a no ser para desestabilizar procesos populares.

Las declaraciones desafortunadas del presidente Obama en el sentido de calificar de hipócritas las peticiones para que Estados Unidos intervenga en la crisis política de Honduras, cuando quienes piden esto se quejaban en el pasado de su intervencionismo desmedido en la región, están provistas de una ceguera ingenua o de una pragmática discursiva pedida al crédito a los señores republicanos. Y lo afirmo así porque no es una intervención militar la que pedimos, únicamente urgimos de una explicación coherente y efectiva para determinar si Estados Unidos estuvo o no involucrado en el golpe de Estado en Honduras, y la toma de medidas fuertes nos podrían persuadir de lo contrario. Pero, por otra parte, la puesta en práctica de la maquinaria del Pentágono, del Departamento de Estado y el mantenimiento de Robert Gates como Secretario de Defensa de Estados Unidos, quien además fue subdirector de la CIA en la época en que Honduras era la base de operaciones de la Contra y la tolerancia en los movimientos impunes de los halcones, nos clarifican la manida y vulgarizada verdad geopolítica de que el señor presidente es una patética postal de memoriales y Thanksgiving Day y que únicamente puede sentar a un policía blanco y a un maestro negro en su jardín de la Casa Blanca y beberse sus cervecitas para disipar los eternos prejuicios raciales, pero sus palabras pueden ser inadvertidas y pasar a la colección de lo risible para cerrar Guantánamo o quitarle la cooperación militar al ejercito sanguinario de Honduras.

Uno espera una respuesta contundente de Estados Unidos, porque fueron ellos los que adiestraron a estos generales en las prácticas de torturas y de la irracionalidad de sus paranoias ideológicas en la Escuela de las Américas, y tienen los calmantes para librarlos de sus fanatismos falsamente elaborados de salvar al mundo occidental asesinando a su propio pueblo. Además, es lo menos que uno le pide a Estados Unidos, porque son ellos los que proclaman como la trascendencia del sistema mundial la bonanza de la democracia electoral, y si ofrecen una actitud pasiva de tolerar la violación de sus propias reglas republicanas es porque la democracia se vuelve una comedia coyuntural a la que se recurre con la condición de que los pobres voten y sean botados en el eterno sistema de exclusiones. Y, por ultimo, uno pide mínimamente su involucramiento responsable, porque en resumidas cuentas quien enciende un fuego tiene el deber moral de apagarlo, si no las llamas llegarán incluso a los nebulosos y navideños vientos del norte.

Fuente: www.rebelion.org



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