domingo, 8 de noviembre de 2009

Acuerdo para sacar a Honduras de crisis está muerto: Zelaya

Dejó en claro que la crisis se resolverá cuando se resuelva su restitución a la presidencia y pueda culminar su periodo para el cual fue elegido.

Tegucigalpa.- El acuerdo para solucionar la crisis política hondureña es "un engaño" y está muerto, expresó el presidente derrocado Manuel Zelaya, descartando la posibilidad de participar en un gobierno de reconciliación armado por el líder de facto Roberto Micheletti.

El mandatario defenestrado declaró el domingo a la radio Globo, luego de participar en una misa en la embajada brasileña, que "este acuerdo ya murió".

"Ese diálogo es un engaño; ese diálogo no tiene ética, ese diálogo así como está establecido es una repartición de puestos entre partidarios del golpe de estado", cuestionó Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio. "En eso yo no voy a participar".

Dejó en claro que la crisis se resolverá cuando se resuelva su restitución a la presidencia y pueda culminar su periodo para el cual fue elegido.

Micheletti esperaba que este fin de semana Zelaya decidiera participar en el gobierno de unidad que según el acuerdo alcanzado el 30 de octubre entre las partes en conflicto debía formarse e instalarse el 5 de noviembre.

Micheletti argumentó que actuó ceñido al acuerdo que estipulaba la integración de un gobierno con la participación de representantes de los partidos políticos y la sociedad civil. Dijo que Zelaya se negó a proponer candidatos.

La postura de Micheletti es que mientras el congreso no decida si restituye o no a Zelaya a la presidencia, él seguirá llevando los hilos del país. Pero el líder defenestrado insiste en que el acuerdo se incumplió al no convocarse al Congreso expeditamente para que finiquitara su regreso y encabezar el gabinete de unidad.

"El acuerdo tiene un fin, un propósito", argumentó Zelaya, alojado en la embajada brasileña hace más de un mes. "Todos los pasos (puntos y calendarios) están unidos. Cómo (Micheletti) va a formar un gabinete sin presidente; un gabinete lo va a dirigir el presidente de facto que dio el golpe de estado, ¿esa es la reconciliación?".

El acuerdo, impulsado por Estados Unidos y que suscitó grandes esperanzas de que fuese finalmente la vía de salida a la crisis que se ha prolongado por más de cuatro meses se mantiene en vilo.

Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos, que verifica el cumplimiento del pacto, lamentaron el nuevo estancamiento en el proceso.

El gobierno de unidad debe velar por las elecciones presidenciales del 29 de noviembre y traspasar el poder al ganador, el 27 de enero. Zelaya advirtió que si no es reinstalado al poder esos comicios adolecerían de legitimidad.

Fuente: www.milenio.com

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Zelaya rechazó propuesta de Micheletti de repartirse Gobierno de Unidad


 Micheletti puso a entegró las fuerzas de seguridad para
Micheletti puso a entegró las fuerzas de seguridad para "garantizar el libre ejercicio del sufragio"(Foto: cadenaser.com)

Zelaya dijo ese tipo de propuestas siguen alimentando la dictadura que cubre al país desde que fue derrocado y reiteró que ha dado ''definitivamente'' por roto cualquier diálogo con el régimen de facto.


El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, reveló este domingo que Roberto Micheletti le propuso repartirse a partes iguales el Gobierno de Unidad Nacional acordado en pacto Tegucigalpa/San José, pero informó que lo rechazó porque el líder del régimen de facto pretendía encabezarlo.

"Ahora están pidiendo un rescate por Honduras. Para entregar a Honduras están pidiendo que les dé la mitad del Gabinete y además que el señor Micheletti coordine el Gobierno de unidad y de Reconciliación", dijo el mandatario en declaraciones a Radio Globo.

Zelaya dijo que ese tipo de propuestas siguen alimentando la dictadura que cubre al país desde que fue derrocado por fuerzas militares el 28 de junio, por medio de un golpe de Estado.

"Lo que están proponiendo es prácticamente otro zarpazo a la democracia, por lo cual sus propuestas no han sido aceptadas por nosotros", añadió.

El gobernante derrocado reiteró que ha dado "definitivamente" por roto cualquier diálogo con el régimen de facto e instó a la Organización de Estados Americanos (OEA) a adoptar las medidas necesarias para devolver la democracia a Honduras.

El gobierno de facto se niega a la restitución de Zelaya, pese al llamado de la comunidad internacional al retorno de la constitucionalidad en Honduras, empezando por la vuelta del mandatario legítimo al poder.

El presidente constitucional reiteró que considera "totalmente roto" el acuerdo Tegucigalpa/San José porque "es letra muerta" y por el incumplimiento de Micheletti que el jueves creó unilateralmente un gobierno de "Unidad" sin que Zelaya sea el que lo encabece.

"El acuerdo es letra muerta, el acuerdo terminó, el acuerdo lo incumplió Micheletti, (que) se sentó de mala fe, se sentó sin querer arreglar las cosas y en el momento en el que había de definirlas simple y llanamente impidió que se llevaran a cabo, empezaron con trampas, con malicias", agregó.

"Ya no podemos seguir en ese teatro", exclamó el mandatario, quien afirmó que "hemos definitivamente desistido después de cuatro meses de esfuerzo".

El mandatario continúa en la embajada de Brasil de Tegucigalpa, en la que entró el pasado 21 de septiembre tras ingresar clandestinamente a la nación, luego de dos intentos fallidos semanas atrás.

Zelaya pidió a la OEA aplicar la Carta Democrática Interamericana, que dice que el organismo sirve "defender Gobiernos democráticamente electos por el pueblo y, además, dice que las acciones diplomáticas deben ser permanentes, aunque el país haya sido excluido de ese organismo".

Fuente: teleSUR / EFE- PR
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Manuel Zelaya: "No hay intención de revertir el golpe"

Manuel Zelaya lleva mes y medio alojado en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Con un acuerdo roto a sólo una semana de haberse firmado, el presidente depuesto Manuel Zelaya habló con BBC Mundo y señaló que en Honduras quedó demostrado que "no hay intención de revertir el golpe de Estado".

Desde la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra alojado desde hace mes y medio, Zelaya señaló que la idea de que Roberto Micheletti dirigiera un nuevo gabinete de unidad "es una aberración".

La posición del gobierno interino fue señalar, por el contrario, que el acuerdo sí se ha ido cumpliendo.

Que el señor Micheletti dirigiera el (nuevo) gabinete, eso nos parece que era una aberración del espíritu de los acuerdos Manuel Zelaya

Micheletti ocupa la presidencia de Honduras desde que se consumó el golpe del 28 de junio pasado, cuando Zelaya fue removido y exiliado por la fuerza del país.

La condena internacional, la presión social, el aislamiento diplomático y, al final, la intervención directa del gobierno de Estados Unidos habían llevado por fin a las partes a dialogar y concretar un pacto, en el que la formación de un "gobierno de unidad" era piedra de toque.

"Que el señor Micheletti dirigiera el (nuevo) gabinete, eso nos parece que era una aberración del espíritu de los acuerdos", dijo Zelaya en entrevista telefónica.

"Sus prácticas son antidemocráticas y no tienen un sentido de respeto a la palabra y, mucho menos, la intención de revertir el golpe de Estado".

"Falló el Congreso"

Zelaya dijo que declaró "fracasado" el acuerdo debido a la tardanza del Congreso -la cual considera deliberada- en reunirse para votar sobre su restitución.

Micheletti presentó en cadena nacional al "Gobierno de Reconciliación", sin incluir a Zelaya.

"(Eso) nos impedía cumplir con el calendario del acuerdo y llegar a un gobierno de unidad y reconciliación para el día de ayer".

El mandatario depuesto señaló que el calendario del acuerdo exigía resolver primero la cuestión de la Presidencia de la República.

"Un gobierno no se puede armar sin la cabeza del Estado que es el presidente de la República, para eso el Congreso tenía una solicitud de resolver el problema".

Zelaya indicó que el acuerdo falló por la negativa del Congreso a resolver la crisis política hondureña.

Fuente: www.tercerainformacion.es

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Honduras: Sembrando vientos...

Por Raúl Molina Mejía

Estados Unidos se encuentra en Honduras sembrando vientos, con lo que no cabe sino esperar que coseche tempestades. Si antes existía la duda de la participación estadounidense en el golpe, queda ahora claro que el gobierno de Obama lo toleró para frenar la "amenaza antiestadounidense" que llega del Sur. El Washington Post, en su reciente editorial sobre Honduras habla del presidente Chávez como "anti-American", el nuevo estribillo que reemplazará al de "comunista" de la guerra fría. La "solución" de la crisis aportada por Hillary Clinton no es más que el principio de una nueva crisis, quizás centroamericana.

En realidad, la crisis no ha sido resuelta, sino que solamente pospuesta, porque la restitución de Zelaya a la presidencia (y no al poder) está en manos de la Corte Suprema de Justicia y del Congreso, dos enemigos suyos. Se habla de un pacto secreto entre el Gobierno de Estados Unidos y los golpistas, para garantizar una opinión favorable de la CSJ y los votos suficientes en el Congreso para que vuelva Zelaya. Pero esos pactos secretos no siempre funcionan y, en este caso, los republicanos de Estados Unidos, que han apoyado a los golpistas desde el principio, estarían interesados en dañar las imágenes de Clinton y Obama. No sorprende que el gobernante de facto pretenda dirigir el gobierno de transición; a lo mejor, más bien, termina en una cárcel de Miami, como Noriega.

Suponiendo que el Congreso acata el pacto alcanzado, lo cual no es seguro, los poderes de Zelaya serán inexistentes. Mientras tanto, la comunidad internacional se ve obligada a tragarse las elecciones del 29 de noviembre. Es más, el movimiento social de Honduras fue forzado a renunciar por ahora a la idea de cambiar la Constitución, la camisa de fuerza contra el pueblo, como ocurre en Guatemala. Todo puede cambiar si los golpistas, en su torpeza y arrogancia, impiden el retorno de Zelaya. En ese caso, la comunidad internacional debe desconocer el proceso eleccionario y a quien resulte electo.

Por lo observado a lo largo del período de los golpistas, de consolidarse el golpe, lo único que cabe esperar para el movimiento social es más represión. La derecha se dedicará a consolidar su poder y a impedir que Zelaya o alguien que surja como líder del movimiento de soberanía de Honduras pueda llegar a la presidencia, al igual que en Guatemala resulta hoy impensable un gobierno progresista. Con todo esto, lo único positivo que se ha logrado es reiterar que los golpes de estado no son la vía para hacerse del poder; pero al faltar la contundencia del caso en su rechazo, los países latinoamericanos deben entender la lección de no esperar "soluciones" de Estados Unidos. Los intereses de éste y de las clases dominantes se siguen defendiendo con medidas contrarias a los intereses nacionales; lo aplicado a Zelaya no fue más que la actualización de la acción anti-Aristide en Haití, que ha llevado a ese país a la condición de estado fallido. Sería sumamente ingenuo que los pueblos de América Latina, particularmente los centroamericanos, no nos preparáramos para un nuevo enfrentamiento con las clases dominantes, respaldadas por los intereses económicos y geopolíticos -bases militares y canales- de los Estados Unidos. Se acerca un nuevo ciclo de luchas y debemos prepararnos para ellas.

Fuente: www.albedrio.org

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