Este artículo está basado en su totalidad en el reporte “Violaciones a los derechos humanos atribuidos a las fuerzas militares en el valle de Bajo Aguan en Honduras” publicado el 20 de febrero del 2013. Para ver el reporte completo en inglés con todas las citas vea: http://rightsaction.org/sites/default/files//Rpt_130220_Aguan_Final.pdf
Desde enero del 2010 en la región del Bajo Aguan en Honduras ha habido una oleada de asesinatos de miembros del movimiento campesino y de derechos de tierra.
Por lo menos 88 miembros y simpatizantes del movimiento campesino han sido asesinados, junto con 5 personas no relacionadas al movimiento, que aparentemente fueron confundidas por campesinos. Dos campesinos fueron asesinados más recientemente, el 16 de febrero: Santos Jacobo Cartagena fue baleado mientras esperaba el autobús y José Trejo, quien estaba abogando por que se hiciera una investigación del asesinato de su hermano el 22 de septiembre del 2012, recibió un tiro mientras manejaba.
Mientras que los reportes de derechos humanos del 2010 y 2011 del Departamento del Estado indican que las muertes de los campesinos en Aguan se dieron como resultado de “confrontaciones” entre las fuerzas de seguridad de las corporaciones de aceite de palma y los campesinos, quienes reclaman que los empresarios de la industria agropecuaria les robaron sus tierras, sólo seis de los asesinatos han ocurrido en tierras en litigio durante ocupaciones o evicciones. Por contraste, 78 fueron el blanco de asesinatos, ocho fueron secuestrados y sus cuerpos torturados encontrados después. Tres víctimas aún están desaparecidas. Cincuenta y tres fueron baleadas mientras manejaban, montaban sus bicis o caminaban en caminos públicos. Otras 13 personas fueron asesinadas en sus hogares o mientras trabajaban en granjas que no formaban parte de las granjas en litigio.
Todo esto señala a una sola explicación: En Aguan opera un escuadrón de la muerte. Esto no es noticia para las personas que viven ahí, donde es bien conocido y entendido que la policía y los militares participan en los asesinatos. El ejército hondureño ha llevado a cabo decenas de actos de violencia e intimidación en contra de las comunidades campesinas durante el mismo tiempo y en la misma área geográfica donde han ocurrido los asesinatos por parte del escuadrón de la muerte, lo que le ha dado mayor credibilidad a esta acusación.
Al mismo tiempo que los campesinos están siendo asesinados por hombres enmascarados, la unidad de Fuerzas Especiales y unidades o comandos conjuntos relacionados al 15avo Batallón del ejército hondureño han estado recibiendo entrenamiento por parte del Comando Sur de Operativos Especiales de las fuerzas armadas de E.E.U.U., SOCSOUTH, quienes también están financiando la construcción de la base militar del 15avo Batallón en Rio Claro, Trujillo.
Los residentes locales y la prensa nacional han reportado sobre la presencia de comandos militares norteamericanos en el área desde por lo menos el 2008, y los registros públicos del gobierno de E.E.U.U. confirman su presencia. En el 2008, SOCSHOUTH realizó dos entrenamientos, cada uno con 135 soldados, todos del 1er Batallón de Fuerzas Especiales. La prensa hondureña ha reportado que el 1ero y 15avo Batallón, que forman parte de las unidades de Fuerzas Especiales, operan bajo un comando y comparten las instalaciones de la base militar en Rio Claro para entrenamientos. SOCSOUTH y el Comando Sur de los E.E.UU, SOUTHCOM, también han financiado mejoras y expansiones de la base de Rio Bravo desde septiembre del 2011.
Una observación alarmante que resultó de nuestra investigación es que las condiciones en torno a muchos de los asesinatos involucraban técnicas incluidas en el entrenamiento de los E.E.U.U. De acuerdo a la prensa hondureña, las Fuerzas Especiales norteamericanas entrenan a las Fuerzas de Operativos Especiales hondureños del 1er y 15avo Batallón en inserción, paracaidismo, explosivos, tiro certero de distancia larga, inteligencia, puntería, operativos urbanos, combate cuerpo a cuerpo, artes marciales y manejo a la ofensiva. Decenas de campesinos han muerto a causa de persecuciones de alta velocidad, ya sea a causa de estrellarse o porque son baleados, en incidentes que solo pueden ser descritos como ataques por manejo a la ofensiva.
Hay campesinos que reportan haber sobrevivido atentados por tiro certero a larga distancia, y muchos más han sido asesinados por tiros que fueron disparados desde una distancia significativa. Se encontró a un hombre que había fallecido por heridas internas inexplicables, al mismo tiempo que se rumoraba que la unidad estaba siendo entrenada en combate mortal de cuerpo a cuerpo, por lo que empezaron haber sospechas. Por lo menos un hombre fue asesinado en un asalto sigiloso, en el que un grupo de hombres armados con uniformes negros y máscaras descendieron sobre la granja en helicóptero, entraron a escondidas, asesinaron al campesino y salieron rápidamente, un operativo al que se le conoce en términos militares como “inserción”.
Las mejoras a la base militar en Rio Claro empezaron unas semanas después de que llegara a Aguan el comando conjunto ejército-policía Xatruch II. El gobierno de Honduras mandó a la unidad Xatruch II a participar en el Operativo Libertad Iraquí en el 2004, y por lo menos dos de los oficiales al mando del despliegue de Xatruch II en Aguan participaron en Irak. Hay evidencia significativa de que el operativo de Xatruch II en Aguan es la misma unidad que fue a Irak.
De Irak a Aguan
Pero Xatruch II no es lo único que se está mudando del Medio Oriente a Aguan, ya que también llego la guerra en contra del terrorismo. El conflicto en Aguan es un conflicto territorial de 18 años. Los campesinos explican que los empresarios de la industria agropecuaria han utilizado la violencia y el fraude para separarlos ilegalmente de los plantíos de aceite de palma que los campesinos habían creado y equipado. En 1998 estos campesinos iniciaron una serie de litigios demandando la anulación de las trasferencias de título, pero desde entonces han tenido poca suerte manteniendo a sus representantes legales, ya que la mayoría de sus abogados han sido amenazados o obornados para abandonar sus casos. El 22 de septiembre del 2012 perdieron al último abogado que había decidido quedarse en el caso, cuando éste fue baleado afuera de una iglesia. Tan solo 3 meses antes, había ganado la anulación de 3 de las 28 transferencias de título en conflicto.
El ejército hondureño, hasta los mismos Secretario del Estado y Secretario de Seguridad, han distorsionado la naturaleza del conflicto, declarando que hay un grupo guerrillero en el área conectado con los traficantes de drogas. El 6 de septiembre del 2012, el periódico The Times of Israel publicó una historia citando solamente a la radio israelí, declarando que Hezbollah había establecido un campo de entrenamiento en Nicaragua, en la frontera con Honduras, una historia que fue entonces repetida por la prensa latinoamericana. The Times of Israel luego cito el reporte de la prensa latinoamericana como si la historia hubiera sido publicada por primera vez en Latinoamérica. Las acusaciones de narco-terrorismo peligrosas, no corroboradas y oportunistas impuestas en contra del movimiento campesino en Aguan por el ejército, caben bien dentro del objetivo de E.E.U.U. de expandir su alcance militar en la región.
Las fuerzas militares en Aguan dicen que la misión de Xatruch II es de defender la tierra de los empresarios de los campesinos “criminales”. Sin embargo, hay amplia evidencia que indica que algunos de los empresarios que están en conflicto con los campesinos están involucrados en el tráfico de drogas en la región. Residentes locales han reportado que el 15avo Batallón y la policía de Tocoa les proporcionan protección a los traficantes. La policía dice que su misión es defender la propiedad de Miguel Facusse, cuya residencia principal en la región estuvo implicada en el tráfico de drogas de acuerdo al cable del Departamento de Estado de E.E.U.U. que fue divulgado por Wikileaks.
El conflicto de Aguan es un antiguo conflicto territorial y debe de ser tratado de esa forma. El conflicto puede resolverse al enfrentar y responder debidamente las demandas a los derechos a la tierra que se han hecho. La militarización, apoyada por el gobierno de E.E.U.U. no resolverá el conflicto subyacente, además de que claramente aumenta, en vez de reduce, el derramamiento de sangre.
Solo los tribunales pueden resolver el conflicto, pero los tribunales no funcionan y se han desmoronado aún más desde el golpe de estado militar de junio del 2009.
Annie Bird es co-directora de Rights Action
Traducción por Miriam Lara-Meloy
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