Por Carlos Maldonado* - Guatemala, 2 de octubre de 2010
Los medios escritos en mi país, Guatemala, tienen un comportamiento muy iterativo. Cuando existe una noticia de trascendencia, nacional o internacional, la portada y las primeras páginas se ocupan de él y, sus editoriales seguramente estarán a tono con la nota. Sin embargo, ahora que esta crisis en Ecuador activó las alarmas mundiales, algunos si bien se ocuparon de la crisis en su portada y sus dos primeras páginas, sus editoriales fueron ajenos. Pero lo que si debe encender las alarmas locales, es la actitud de algunos otros medios como Prensa Libre, que en su editorial de hoy 01 de octubre de 2010, culpa al mandatario Rafael Correa de provocar el intento de golpe. Similar a la que expresó contra Zelaya cuando el golpe en Honduras y cuyo argumento vuelve a reiterarlo en el de hoy. O contra la opinión sistemáticamente adversa contra Venezuela a la cual no pierde oportunidad de demonizarla. Para mí, eso es una cínica, peligrosa y delictiva posición.
Prensa Libre , a las claras, se pone a tono con los golpistas, defiende su posición y abusando de la libertad de expresión, enaltece la “subversión” contra gobiernos legítimos que no son del agrado de sus dueños en consonancia con las oligarquías del continente que, a pesar de verse disminuidas políticamente, son muy poderosas aún en lo económico. Lo más discordante de su ataque, es que defienden una “democracia representativa” que ha demostrado, a todas luces, su incapacidad para satisfacer las necesidades más elementales de las mayorías pero si ha favorecido las corruptelas y privilegios de grupúsculos dominantes que jamás hicieron nada positivo por el pueblo con el agravante de que se enriquecieron en nombre de él. Por si esto no bastara, tratan de descalificar por todos los medios, las políticas de los gobiernos como el de Correa que han favorecido a los más pobres y los han empoderado a través de una “democracia participativa” que los hace dueños de su destino al concretar beneficios que antes no poseían.
Esos mismos medios, como Prensa Libre, en un estribillo ya conocido, llaman a desconocer y descalificar elecciones, como las recientes en Venezuela, que, a pesar de su transparencia y reconocimiento internacional, a sus socios oligarcas les son adversas, adoptando una postura irracional que por lo mismo cae en delito de sedición e injerencia en los asuntos internos de otras naciones. Interesante y resbaladiza posición, ¿no?Mientras en Guatemala, el invierno, los fenómenos atmosféricos y la corrupción causan catástrofes las cuales se ensañan contra los más pobres y vulnerables, los medios se ocupan de enaltecer a los golpistas de otras y estas latitudes y a descalificar los procesos revolucionarios que por lo menos han proveído a las masas de un mejor nivel de vida al que tuvieron cuando aquellos ostentaban su “democracia”.
Como expresó un personaje de las historietas ante la evidencia que le proporcionó ser testigo de un desliz cometido por un semejante, análogo al que hoy Prensa Libre evidencia en su editorial, yo también puedo expresar igual que aquél: “yo no sé ustedes, pero yo vi que metió la pata”.
Si ese editorial o los silencios no llaman al golpe de Estado, no sé qué lo hará. Pero más preocupante es que, si ese tipo de comentarios, especialmente de un medio público, no constituye delito, no sé que lo constituya entonces.
Hay que estar vigilantes sobre los llamados a golpe de parte de estos venenosos y denunciarlos desde ya.
* Economista y Profesor en Historia por la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Fuente. www.albedrio.org
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