jueves, 26 de noviembre de 2009

Día ciento cincuenta y uno, 25 de noviembre de 2009

De la bitacora de Oscar Estrada

La campaña de terror ejecutada por la dictadura en contra de los sectores populares, está realizándose según como lo denunciara Andrés Pavón, presidente del CODEH, hace un par de semanas. El ataque perpetrado con armas militares en contra del político y empresario olanchano, Ulises Sarmiento, fue sólo el inicio.

Hoy es sepultado el cuerpo del profesor Gradis Espinal, maestro de la resistencia de la zona sur del país. Su cuerpo fue encontrado el día de ayer, maniatado y ejecutado, luego de haber sido reportado desaparecido por su familiares. Testigos aseguran fue detenido por elementos policiales y militares en uno de los tantos operativos de revisión que hay por todo el país.

En la ciudad de El Progreso, la policía realiza intensos operativos en las residencias de los líderes de la Resistencia y dicen haber encontrado un pequeño arsenal de armas en casa de una profesora, arrestando incluso a un ciudadano de origen alemán. Entre las armas incautadas reportan varias libras de clavos que según el vocero de la policía serían usados para hacer “miguelitos” o trampas para punchar las llantas de los carros y boicotear los camiones repartidores de las urnas electorales. En la misma zona, las comunidades de Tacamiche y Silím reportan estar rodeadas por decenas de elementos militares.

En la ciudad de Danlí, varios jóvenes fueron secuestrados por el ejercito causando terror entre la población que teme por sus vidas. Según la denuncia de los familiares, han sido reclutados para forzarlos a hacer el servicio militar. Mientras, en la misma ciudad, un procurador de los derechos humanos fue puesto bajo arresto por entorpecer el trabajo de los operadores de justicia.

El día de hoy en la noche fue arrestado Milton Jimenes Puerto, cercano colaborador, ex canciller y amigo del presidente Zelaya quien desde el 28 de Junio se encontraba en la clandestinidad. Con el arresto de Jimenez se ejecuta la orden de captura del primer prisionero político vinculado a la cúpula del gobierno de Zelaya y sirve a su vez como recordatorio de lo que podría pasar si el propio Mel se atreve a salir de su refugio diplomático.

La policía importó esta semana, un gran arsenal de armas que incluyen 10,000 granadas lacrimógenas, 5,000 balas de goma y un nuevo camión tanque anti-disturbios valorado en 12 millones de dólares. Según reporte de la secretaría de seguridad, el objetivo de la adquisición estriba en la defensa del derecho del pueblo a elegir sus autoridades.

Sin embargo, cuesta creer que toda esta acción se realice con el fin único de asegurar las elecciones. Los comicios hondureños están ahora lejos de ser reconocidos por la mayoría de los países latinoamericanos y si bien Estados Unidos, Perú, Colómbia y Panamá (el ala ultra derechista del continente) ha dicho que reconocerá al nuevo presidente, lo cierto es que esto traerá tensión entre los distintos gobiernos ya de por sí sumamente divididos.

Pero quien más sale dañado con el efecto Honduras, es la administración Obama, quien ha sacrificado las posibilidades de una política exterior mas igualitaria, de cooperación entre las naciones, por el real politic imperial que desde siempre ha separado a Estados Unidos del subcontinente. Lula da Silva ha manifestado desde ya su desilusión sobre el giro a la derecha en la política exterior del presidente norteamericano y le recuerda su promesa, hecha apenas seis meses atrás y rota con Honduras, de construir una nueva relación entre Estados Unidos y Latino América.

Y aunque no hay observadores internacionales en los comicios, (el régimen anuncia complacido la llegada de la insignificante asociación Concerned Women of America quien viene, junto al “Estado” de Taiwan, como observadores y testigos de la transparencia del proceso electoral hondureño). Lo cierto es que los ojos del mundo estarán puestos sobre Honduras este fin de semana.

La Resistencia sabe que las elecciones son un recurso importante para salvar la dictadura transfiriendo el mando a un testaferro quien con cierto grado de legalidad deberá concluir el proyecto político del golpe de Estado. Sabe también que por ser tan importantes buscará defenderla con toda la fuerza necesaria. Y es esa la trampa, porque si el régimen déspota de Micheletti, con o sin él frente a la cámara, ejecuta una acción de represión sin precedente por todo lo largo y ancho del país para garantizar las elecciones, el mismo día que los ojos del mundo ven con sumo cuidado sus acciones, corre el gran peligro, no solo que los comicios no sean reconocidos, sino que sean impugnados por la comunidad internacional.

¿Qué busca entonces la dictadura con toda su campaña de terror?

El gobierno que gane en estas elecciones tendrá un país sumamente difícil de gobernar. Si combinamos una deuda de cerca de 10,000 millones de lempiras suscrita con la banca privada del país a un índice del 10% de interés anual, la carencia de posibilidades reales de financiamiento externo que pueda amortiguar medianamente la crisis, un decrecimiento de cerca del 4% de la economía nacional, más la devaluación de la moneda hasta un 50%, incremente en los impuestos y falta de efectivo para pagar salarios, sumado a un sector popular altamente descontento y organizado, un gobierno carente de legitimidad interna y externa, sumamente débil, sostenido únicamente por la fuerza armada y policial.

La oligarquía necesita eliminar la oposición política para consolidar su nuevo proyecto de dominación, esa eliminación puede ocurrir únicamente a través de el terror, el asesinato y el genocidio. Sin embargo, comenten nuevamente el mismo error que cometieron en la víspera del 28 de Junio. Desprecian la capacidad creativa, la capacidad transformadora de la lucha, la combatividad de un pueblo que ha reconocido el enemigo y entiende, esta vez con mayor claridad, que ha iniciado el camino hacia la liberación nacional, hacia la refundarción del Honduras.

¡NO PASARÁN!

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