Por Jennifer Moore
Una conversación con Carlos Eduardo Reina, coordinador general de la Coordinadora de Liberales en Contra el Golpe del Estado
Es el 52º día después del golpe contra Presidente Manuel Zelaya y Carlos Eduardo Reina, quien pertenece al Partido Liberal y es dirigente de la Coordinadora de Liberales en Contra el Golpe del Estado, afirma que el Presidente Zelaya cuenta con un 70% de respaldo del Partido Liberal a
escala nacional. Dice que la base liberal repudia a los diputados de esta tienda política que han traicionado al Presidente y que serán expulsados eventualmente del Partido, empezando por Micheletti y todos quienes están a su alrededor. En esta entrevista abordamos algunos temas claves como la fragmentación política, el rechazo al régimen de facto por parte de pequeños y medianos empresarios, los problemas internos de las Fuerzas Armadas, y la posición de la Coordinadora frente a la cuestión electoral. Bajo circunstancias normales, la campaña
electoral oficial debería iniciarse el próximo 29 de agosto.
¿Cuán fragmentados están los partidos tradicionales ahora, especialmente el Partido Liberal, luego del golpe del Estado del 28 de junio?
Ha sido la fuerza política del país que más se ha quedado dividida después del golpe. Casi todo el Partido Nacional, por ejemplo, es golpista, entonces no lo dividió. Pero el Partido Liberal, la
dirigencia del partido salió golpista. Sin embargo, la gran base, la gran estructura a nivel nacional condena el golpe y respalda al Presidente Zelaya. Entonces nosotros asumimos el rol de organizar a los liberales contra el golpe. Esa organización fue espontánea e inmediatamente recibió el apoyo de dirigentes de todo el país en los 18 departamentos y en los 298 municipios. Eso se ha consolidado muy fuertemente.
¿Qué significa la fragmentación política frente al gobierno de facto que quiere demostrar que tiene consolidado su poder?
El poder del Estado sólo se sostiene por la fuerza de las armas y de la represión. Y eso es un gobierno típico en una situación revolucionaria, que sólo se sostiene por la fuerza y que la represión contra el pueblo genera un desafío cada vez mayor del pueblo contra los represores.
Esperemos que el Presidente Zelaya se restablezca antes de que el pueblo reprimido tome la iniciativa y comience a tener acciones ya revolucionarias que traerían sangre al país, lo cual nosotros como coordinadores del frente central y de los liberales contra el golpe tenemos que evitar, porque la sangre de ningún hondureño debe de correr en este país para restablecer la democracia. Queremos hacerlo en paz, en manifestaciones y marchas siempre pacíficas.
¿Puede comentar sobre sus aliados dentro del sector empresarial?
Hay algunos sectores, pero no es el empresario grande. El empresariado grande, casi todo, está con el golpe. Es la pequeña y mediana empresa la que ve con peligro el golpe porque esta oligarquía que financió el golpe quiere asumir el control de todos los negocios del país. Y hacer
argollas con las cuales van a poder dejar fuera de competencia a la mediana y pequeña empresa que sostiene la economía aquí en Honduras.
¿Qué impactos ha sufrido este sector de pequeños y medianos empresarios con el golpe del Estado?
Los primeros impactos son cuando los países vecinos cierran sus fronteras. Recuérdese la primera semana después del golpe: las fronteras estuvieron cerradas y generalmente lo que transita entre fronteras son artículos y mercancías que venden y comercian los pequeños
y medianos empresarios. Allí tienen un primer impacto. Un segundo impacto es cuando se restringe la cooperación regional, cuando bajan las remesas. El pueblo, ¿dónde compra sus cosas? Compra en el comercio local, y el comercio local ha sido deprimido por todas estas medidas que han tomado a nivel internacional.
Mientras tanto, los grandes empresarios están repartiendo todos los contratos del Estado con la cuchara grande... Ellos financian el golpe y lo que invierten lo quieren sacar con ganancias de mil, dos mil o cinco mil por ciento.
¿Cuántos pequeños y medianos empresarios hay en el país?
Entre pequeños y medianos empresarios podemos hablar de cerca de 50,000. Es mucha gente. Son aquellos que son dueños de pequeños comercios en el municipio, son los que tienen la farmacia pequeña en el barrio, son los que tienen el pequeño centro comercial en cada
comunidad. Son muchos. Los caficultores, los productores de maíz, y los productores de otro tipo de cosas. Esa es la pequeña y mediana industria hondureña. Esa es la que genera el capital que circula en el país. Ese es el dinero que se genera para que la economía crezca. Porque la gran oligarquía en Honduras, su dinero no está en Honduras. Su dinero lo saca. Por tanto, hay que romper la oligarquía porque es mejor un millón de lempiras en manos de cien medianos empresarios que un millón en manos de un empresario. Porque este empresario lo mete en el
banco y lo guarda en EEUU o en Suiza. El pequeño empresario, inmediatamente, lo invierte en su negocio generando un movimiento económico más fuerte en el país y moviendo la economía para que crezca.
¿Están organizados y han tomado una posición ante el golpe del Estado?
Están organizados pero con temor. Si ellos salen hablando en este momento, les puede caer la dirección de los impuestos, les pueden hacer cosas que pueden dañar sus negocios. Porque hay un gran represión en el país. Las cosas que hemos visto en estos últimos 51 días, no lo hemos
visto nunca en la historia de Honduras. Aún en épocas de los gobiernos militares, de la dictadura de los años 30 y 40, no llegaron a los extremos de hoy, de una represión tremenda. Porque solo se pueden sostener por la fuerza. Si el ejército retira el apoyo en este momento a Micheletti, dura 20 minutos en el gobierno.
Entonces, más allá de la gente que estamos viendo cada día en las calles, ¿Usted diría que hay un respaldo al Frente Contra el Golpe mucho más amplio y difuso en la población?
Claro. Aquí, si usted se fija, el grueso de los manifestantes es de diversos orígenes sociales, de diversas condiciones. Aquí tenemos clase media, clase baja. Tenemos empleados públicos, pequeños productores. Tenemos empleados de comercio. Es la gran base social del país. En
este momento, siete de cada diez hondureños apoya la resistencia. Dos de cada diez no opinan y solo uno de cada diez apoya el régimen golpista.
¿Que tan sólido es el respaldo de las Fuerzas Armadas al régimen de facto? Las Fuerzas Armadas, en este momento, internamente tienen serios problemas. Tienen cerca de 200 entre soldados y oficiales presos dentro de los batallones, porque ellos no han aceptado y no han acatado los
órdenes de ir a reprimir. Hay una crisis interna. Y esa crisis es evidente cuando se está proponiendo en el Congreso Nacional volver al servicio militar obligatorio. Quiere decir que no tienen la capacidad. Están contratando a las empresas de seguridad privada para que les
ayuden a contener o mantener su supuesto orden. Pero no tienen capacidad. Además, es un ejército que nunca ha sido organizado y entrenado para defender la patria. Todo lo que han hecho de su formación ha sido golpear a los pobres, dar golpes del Estado y hacer
negocios ilícitos, encubrir el narcotráfico, es todo lo que han hecho siempre los militares en Honduras.
Cinco generales se reparten $250 millones de lempiras. ¿Cómo queda la clase siguiente? ¿Qué está pensando el oficial que en este momento es teniente, es capitán, es mayor? Estos generales se van, ¿en qué estado se queda? ¿Qué pasa? ¿Cómo quedan ellos? ¿Cómo queda la institución?
El pueblo hondureño está manifestando en este momento que quiere que el ejército desaparezca. Es la responsabilidad de ellos ahora, ellos tienen el mando de la tropa directamente. Deben de saber que si ellos no revierten el golpe, las FFAA van a desaparecer en Honduras. Porque el
pueblo no las tolerará más.
¿Qué tiene que pasar para que vuelva la normalidad constitucional y de dónde tiene que venir la presión?
Que regrese el Presidente Zelaya. (La presión) es interna y externa. Hay un plan Arias al que los norteamericanos han apostado. Pero si los golpistas no firman el plan Arias, el Presidente Obama ha manifestado que empezará a hacer acciones mucho más fuertes. Mientras tanto, las
Naciones Unidades, en esta semana, van a discutir otra resolución para dar un ultimátum al gobierno de facto, donde, si para el primero de septiembre no está restituido Mel Zelaya, el proceso electoral no será reconocido por ningún país del mundo. Son medidas de presión en escalada.
Y ustedes, ¿van a participar en las elecciones si no regresa Zelaya?
No. Mientras no regrese Zelaya, no apoyamos el proceso electoral. Si no está presente Mel Zelaya, no goza de ninguna confiabilidad, porque ni siquiera lo van a dejar hacer campaña política. Van a hacer lo que quieran con las urnas, porque no van a estar observados por el mundo.
- Jennifer Moore es periodista independiente canadiense desde Honduras para ALAI y FEDAEPS.
Fuente: http://alainet.org/
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