''Sé que es cierto que se les está reprimiendo, pero esto es una prueba para todos, de que entre más obstáculos les pongan, el pueblo más se va a indignar (...) Hay una orden de toque de queda en la frontera con Nicaragua, pero (...) no se puede dominar el pueblo a punta de cañón'', dijo.
El presidente hondureño, Manuel Zelaya, expresó este jueves que "no temo regresar a mi país porque no le temo a la justicia, aunque sé que mi vida corre peligro", expresó desde Estelí, al noroeste de Nicaragua y a sólo 175 kilómetros de Honduras, donde pernoctará esta noche para posiblemente el viernes cruzar la frontera.
En rueda de prensa Zelaya manifestó que "estoy satisfecho de que me acompañen, (...) agradezco a los diferentes amigos que están llegando a diferentes partes del país".
Dijo que no teme regresar a su país "porque no tengo cuentas con la justicia, no de la justicia de Micheletti que ha desconocido la voluntad soberana del pueblo. Nunca se me hizo un juicio, eso demuestra que ellos equivocaron el camino pensaron que eran el golpe de hace 40 años. Pero ahora hay un pueblo despierto que sabe pelear por sus garantías".
Asimismo, llamó a las Fuerzas Armadas a reflexionar pues los rifles deben usarse para defender al pueblo no para reprimirlo.
Zelaya denunció también que a los hondureños que se están acercando a las fronteras se les está impidiendo el paso.
"Sé que es cierto que se les está reprimiendo, pero esto es una prueba para todos, de que entre más obstáculos les pongan, el pueblo más se va a indignar (...) Hay una orden de toque de queda en la frontera con Nicaragua, pero (...) no se puede dominar el pueblo a punta de cañón", dijo.
Pidió a las Fuerzas Armadas hondureñas que cesen las restricciones para la circulación en ese país. "Les pido que los dejen pasar, todavía están a tiempo de no hacerle más daño a Honduras".
"Puedo entrar por cualquier país centroamericano tengo varias opciones vamos a estudiar la mejor manera de marchar para mañana (viernes) y los nicaragüenses me van a ayudar", añadió el Jefe de Estado.
Invitó al pueblo hondureño a trasladarse a la frontera con Nicaragua, pese al toque de queda impuesto, y los instó a que no le tengan miedo a los soldados que resguardan la frontera, pues pertenecen al pueblo.
"Voy caminando hacia Honduras y los hondureños que superen esos retenes caminen a las fronteras, no le tengan miedo a los soldados que ellos también son del pueblo hondureño. Me acerco a dialogar, no llevo armas, para que Honduras vuelva a la paz", apuntó.
Al gobierno de facto les dijo que deben entender que "no van a gobernar un país a la fuerza".
Reiteró que la vía diplomática alcanzó un "límite bien sensible" en la mediación del presidente costarricense, Óscar Arias, que finalizó el miércoles.
Al ser interrogado sobre los 18 delitos de los que le acusa el gobierno de facto, Zelaya se preguntó que por qué estos supuestos crímenes aparecieron justo después que él fue derrocado, pues su historial está totalmente limpio.
"En toda mi vida no he tenido un delito ni una falta después del golpe soy narcotraficante, soy terrorista", apuntó.
Zelaya emprendió su retorno a Honduras sobre las 16H30 (20H30 GMT) acompañado por el canciller venezolano, Nicolás Maduro.
Más temprano, durante una rueda de prensa que ofreció desde la embajada de Honduras en Managua, previa a su partida, Zelaya dijo que espera, que a su arribo, las Fuerzas Armadas "se sometan a la autoridad que el pueblo escogió" y que no se manchen las manos con la sangre de su jefe de Estado. Aseguró que su regreso será pacifico y tiene como objetivo "buscar el diálogo y que vuelva la paz a nuestro país".
Manifestó que "el pueblo ya se está trasladando hacia la frontera, y esperamos que nos acompañen en esta labor del regreso de un presidente legítimanete electo, que fue sacado por unos golpistas que quieren apropiarse de la riqueza del pueblo hondureño".
Denunció que el pasado 5 de julio, cuando intentó aterrizar en el aeropuerto de Toncontín, en Tegucigalpa, no sólo murió el joven de 19 años, sino que fallecieron tres o cuatro personas más, algo que el gobierno de facto no ha admitido.
Cuestionado sobre qué pasaría si lo apresan cuando intente cruzar la frontera, pues así lo ha anunciado el gobierno ilegítimo de Roberto Micheletti, Zelaya recordó que contra él no ha pesado nunca una sola demanda y destacó, como dato curioso, que luego del golpe de Estado, aparecieron 20 cargos en su contra.
Ante este hipotético escenario se preguntó si la justicia que lo juzgará sería "la justicia de Micheletti (...) la justicia del golpista".
"Estoy dispuesto a someterme a cualquier tribunal internacional", que de verdad garantice un proceso limpio y justo, agregó.
El mandatario indicó que la mediación que presidió su homólogo Óscar Arias ''llegó a su límite'' luego que las autoridades de facto no aceptaran las condiciones propuestas para el retorno de la constitucionalidad a la nación centroamericana.
Asimismo, manifestó que su regreso será pacífico en busca de "proclamar la restitución de la democracia en el pueblo hondureño, eso fue lo que intentamos dialogar en Costa Rica pero no hubo consenso en ninguno de los puntos", con la comisión de las autoridades de facto.
Reiteró a las Fuerzas Armadas especialmente a la "cúpula militar" que bajen sus fusiles y permitan su ingreso.
"No podemos arriesgar nuestro futuro, a los soldados les pido que no se manchen de sangre, y que en la frontera logremos un acuerdo nacional para que se restituya la paz y la democracia", precisó.
Insistió en que la constitución de la República de Honduras establece que a las autoridades las escoge el pueblo en las urnas y sólo el soberano tiene la potestad de removerlos de sus cargos.
"Estos golpistas han traicionado al pueblo nosotros nos hemos comportado a la altura y se deben recrudecer las medidas en contra de los protagonistas del golpe", afirmó.
En ese sentido, Zelaya aseveró que su gobierno es demócrata, mientras que la derecha de su país ha escogido "el camino de las armas".
"Hay represión y violencia en Honduras y personas asesinadas, frente a eso yo llamo al diálogo y a la conciliación también. La derecha se está uniendo para revocar a los gobiernos que quieren hacer cambios para mejorar nuestra sociedad, esos cambios los queremos hacer pacíficamente", dijo el mandatario.
Instó a la comunidad internacional a que no deje de apoyar al pueblo hondureño que se ha mantenido en protesta desde el pasado 28 de junio, cuando se produjo el golpe de Estado.
"Defender al pueblo hondureño, es defenderse a sí mismo, si dejan que esto pase la democracia estaría destruida en el siglo XXI. Mi presencia para reunirme con mi pueblo es un derecho. La democracia es un valor y no podemos renunciar a ello, debemos luchar con dignidad pero con paz", sostuvo.
Tras esta comparecencia ante los medios, Zelaya partió en una caravana rumbo a la frontera con Honduras, donde espera encontrarse con su familia y cientos de personas que ya se han movilizado para recibirlo, confirmó el equipo de enviados especiales de teleSUR.
Simultáneamente el gobierno de facto hondureño anunció esta tarde que se iniciará un toque de queda en las zonas fronterizas a partir de las seis de la tarde y culminará a las seis de la mañana. En el resto del país continuará de la medianoche a cuatro y treinta de la mañana.
Dicha prohibición al tránsito nocturno de personas y vehículos, se espera que se mantendrá en el país "de conformidad como vayan los sucesos", y argumentó que busca "resguardar" a la población.
El presidente hondureño, Manuel Zelaya, expresó este jueves que "no temo regresar a mi país porque no le temo a la justicia, aunque sé que mi vida corre peligro", expresó desde Estelí, al noroeste de Nicaragua y a sólo 175 kilómetros de Honduras, donde pernoctará esta noche para posiblemente el viernes cruzar la frontera.
En rueda de prensa Zelaya manifestó que "estoy satisfecho de que me acompañen, (...) agradezco a los diferentes amigos que están llegando a diferentes partes del país".
Dijo que no teme regresar a su país "porque no tengo cuentas con la justicia, no de la justicia de Micheletti que ha desconocido la voluntad soberana del pueblo. Nunca se me hizo un juicio, eso demuestra que ellos equivocaron el camino pensaron que eran el golpe de hace 40 años. Pero ahora hay un pueblo despierto que sabe pelear por sus garantías".
Asimismo, llamó a las Fuerzas Armadas a reflexionar pues los rifles deben usarse para defender al pueblo no para reprimirlo.
Zelaya denunció también que a los hondureños que se están acercando a las fronteras se les está impidiendo el paso.
"Sé que es cierto que se les está reprimiendo, pero esto es una prueba para todos, de que entre más obstáculos les pongan, el pueblo más se va a indignar (...) Hay una orden de toque de queda en la frontera con Nicaragua, pero (...) no se puede dominar el pueblo a punta de cañón", dijo.
Pidió a las Fuerzas Armadas hondureñas que cesen las restricciones para la circulación en ese país. "Les pido que los dejen pasar, todavía están a tiempo de no hacerle más daño a Honduras".
"Puedo entrar por cualquier país centroamericano tengo varias opciones vamos a estudiar la mejor manera de marchar para mañana (viernes) y los nicaragüenses me van a ayudar", añadió el Jefe de Estado.
Invitó al pueblo hondureño a trasladarse a la frontera con Nicaragua, pese al toque de queda impuesto, y los instó a que no le tengan miedo a los soldados que resguardan la frontera, pues pertenecen al pueblo.
"Voy caminando hacia Honduras y los hondureños que superen esos retenes caminen a las fronteras, no le tengan miedo a los soldados que ellos también son del pueblo hondureño. Me acerco a dialogar, no llevo armas, para que Honduras vuelva a la paz", apuntó.
Al gobierno de facto les dijo que deben entender que "no van a gobernar un país a la fuerza".
Reiteró que la vía diplomática alcanzó un "límite bien sensible" en la mediación del presidente costarricense, Óscar Arias, que finalizó el miércoles.
Al ser interrogado sobre los 18 delitos de los que le acusa el gobierno de facto, Zelaya se preguntó que por qué estos supuestos crímenes aparecieron justo después que él fue derrocado, pues su historial está totalmente limpio.
"En toda mi vida no he tenido un delito ni una falta después del golpe soy narcotraficante, soy terrorista", apuntó.
Zelaya emprendió su retorno a Honduras sobre las 16H30 (20H30 GMT) acompañado por el canciller venezolano, Nicolás Maduro.
Más temprano, durante una rueda de prensa que ofreció desde la embajada de Honduras en Managua, previa a su partida, Zelaya dijo que espera, que a su arribo, las Fuerzas Armadas "se sometan a la autoridad que el pueblo escogió" y que no se manchen las manos con la sangre de su jefe de Estado. Aseguró que su regreso será pacifico y tiene como objetivo "buscar el diálogo y que vuelva la paz a nuestro país".
Manifestó que "el pueblo ya se está trasladando hacia la frontera, y esperamos que nos acompañen en esta labor del regreso de un presidente legítimanete electo, que fue sacado por unos golpistas que quieren apropiarse de la riqueza del pueblo hondureño".
Denunció que el pasado 5 de julio, cuando intentó aterrizar en el aeropuerto de Toncontín, en Tegucigalpa, no sólo murió el joven de 19 años, sino que fallecieron tres o cuatro personas más, algo que el gobierno de facto no ha admitido.
Cuestionado sobre qué pasaría si lo apresan cuando intente cruzar la frontera, pues así lo ha anunciado el gobierno ilegítimo de Roberto Micheletti, Zelaya recordó que contra él no ha pesado nunca una sola demanda y destacó, como dato curioso, que luego del golpe de Estado, aparecieron 20 cargos en su contra.
Ante este hipotético escenario se preguntó si la justicia que lo juzgará sería "la justicia de Micheletti (...) la justicia del golpista".
"Estoy dispuesto a someterme a cualquier tribunal internacional", que de verdad garantice un proceso limpio y justo, agregó.
El mandatario indicó que la mediación que presidió su homólogo Óscar Arias ''llegó a su límite'' luego que las autoridades de facto no aceptaran las condiciones propuestas para el retorno de la constitucionalidad a la nación centroamericana.
Asimismo, manifestó que su regreso será pacífico en busca de "proclamar la restitución de la democracia en el pueblo hondureño, eso fue lo que intentamos dialogar en Costa Rica pero no hubo consenso en ninguno de los puntos", con la comisión de las autoridades de facto.
Reiteró a las Fuerzas Armadas especialmente a la "cúpula militar" que bajen sus fusiles y permitan su ingreso.
"No podemos arriesgar nuestro futuro, a los soldados les pido que no se manchen de sangre, y que en la frontera logremos un acuerdo nacional para que se restituya la paz y la democracia", precisó.
Insistió en que la constitución de la República de Honduras establece que a las autoridades las escoge el pueblo en las urnas y sólo el soberano tiene la potestad de removerlos de sus cargos.
"Estos golpistas han traicionado al pueblo nosotros nos hemos comportado a la altura y se deben recrudecer las medidas en contra de los protagonistas del golpe", afirmó.
En ese sentido, Zelaya aseveró que su gobierno es demócrata, mientras que la derecha de su país ha escogido "el camino de las armas".
"Hay represión y violencia en Honduras y personas asesinadas, frente a eso yo llamo al diálogo y a la conciliación también. La derecha se está uniendo para revocar a los gobiernos que quieren hacer cambios para mejorar nuestra sociedad, esos cambios los queremos hacer pacíficamente", dijo el mandatario.
Instó a la comunidad internacional a que no deje de apoyar al pueblo hondureño que se ha mantenido en protesta desde el pasado 28 de junio, cuando se produjo el golpe de Estado.
"Defender al pueblo hondureño, es defenderse a sí mismo, si dejan que esto pase la democracia estaría destruida en el siglo XXI. Mi presencia para reunirme con mi pueblo es un derecho. La democracia es un valor y no podemos renunciar a ello, debemos luchar con dignidad pero con paz", sostuvo.
Tras esta comparecencia ante los medios, Zelaya partió en una caravana rumbo a la frontera con Honduras, donde espera encontrarse con su familia y cientos de personas que ya se han movilizado para recibirlo, confirmó el equipo de enviados especiales de teleSUR.
Simultáneamente el gobierno de facto hondureño anunció esta tarde que se iniciará un toque de queda en las zonas fronterizas a partir de las seis de la tarde y culminará a las seis de la mañana. En el resto del país continuará de la medianoche a cuatro y treinta de la mañana.
Dicha prohibición al tránsito nocturno de personas y vehículos, se espera que se mantendrá en el país "de conformidad como vayan los sucesos", y argumentó que busca "resguardar" a la población.
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