viernes, 27 de abril de 2012

Militarización en Guatemala.

por José Martín García

A partir de la toma de posesión del gobierno de Otto Pérez Molina (General retirado) el ejercito ha tomado muchas de las dependencias estatales y las municipalidades convirtiéndolas en en parte de sus objetivos de control de la población. Las entidades que han sido tomadas ahora cuentan con oficiales de distintos rangos dentro de sus estructuras administrativas y lógicamente devengando salarios que no podrían alcanzar si continuaran en las filas castrenses.

Algunos expertos que forman opinión en los distintos medios de comunicación han exteriorizado que esta es la oportunidad que el ejército estaba buscando para resarcirse del tiempo durante el cual no había podido figurar en las decisiones importantes a nivel de gobierno.
Los sectores sociales que no son afines a las fuerzas armadas y que son francos detractores, han hecho denuncias serias sobre la expansión, el control, y el enriquecimiento de los principales dirigentes de dicho ente.
Pero la preocupación principal de otros sectores sociales y a nivel internacional, tomando en cuenta los antecedentes históricos de abusos en contra de la población cometidas por el ejercito, radica en que el gobierno a través de esta fuerza de represión y control, pueda acallar las distintas manifestaciones del pueblo que pudieran darse en su contra derivado de las acciones administrativas.
Y es que para nadie es un secreto que el ejército cometió enormes abusos en contra de quienes ellos creían sus enemigos, arrasando con poblaciones completas, masacrando a niños, ancianos, hombres y mujeres, especialmente de las áreas rurales.
Aún está vivo el recuerdo de aquellos tiempos infames en la mente de personas que viven en los mismos lugares donde sus antepasados fueron asesinados, también es latente el temor al notar la presencia militar en aquellos sectores.
El ejército nacional hoy por hoy esta mas interesado en enrolarse en actividades que le generen ganancias económicas, por ejemplo realizar y/o participar en obras de infraestructura grandes, entre las que podemos indicar la remodelación del estadio del ejército, la construcción del denominado canal seco que buscar conectar por vía terrestre los puertos del pacífico con los del atlántico, que es una mega obra cuya inversión será multimillonaria. Y otros proyectos como carreteras nuevas y remodelar las ya existentes.
Y algo mas preocupante aún es el aparente involucramiento de altos mandos castrenses en actividades de narcotráfico, y es que al expandirse territorialmente, su control, presencia y movimientos serán menos extraños en todos los lugares del país especialmente en las fronteras; facilitando sus posibles actividades relacionadas con el trasiego de estupefacientes.
Y a todo lo anterior hay que sumar que el presupuesto del ejercito es uno de las mas altos de latinoamérica y que todas sus actividades enmarcadas dentro de su ley constitutiva, es decir legales y también las que pudieran considerarse como fuera de la ley son pagadas con los impuestos que el pueblo paga al estado.

Fuente: bloguerosrevolucion.ning.com

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