Juan Moreno
Qué máquina de matar más perfecta la que han montado las doce familias que instalaron la dictadura liderada formalmente por el “presidente” Porfirio Lobo Sosa. Miembros de esas familias mandan a matar a los campesinos organizados del Bajo Aguán, y lo hacen con tal eficiencia que todos esos asesinatos parecen caer en la categoría de “crímenes perfectos”. El funcionamiento de ese mecanismo de acción asesina ha alcanzado tal perfección que ya nadie ni nada parece detener esa compulsión asesina por quitarse de encima a cualquier miembro de la Resistencia hondureña con un mínimo potencial de convertirse en motivador y continuador del espíritu de lucha anti-golpista, anti-dictatorial y antifascista. Hace unos días atentaron contra Vanessa Maradiaga en un ensayo para propinar el zarpazo definitivo en el momento que a ellos mejor les convenga, lo cual da la señal de cuál debe ser el destino de Vanessa si desea salvar la vida. Hoy han asesinado a sangre fría a Emmo Sadloo. ¿Otro “crimen perfecto”. ¿Quién será el próximo…o la próxima?
La máquina asesina ensamblada y puesta a funcionar por las doce familias dueñas de la dictadura está bien aceitada en Honduras. Quienes pulsan las palancas para ponerla en acción saben muy bien que no los detiene nadie ahora, ni cardenales, ni diputados, ni jueces, ni “casas blancas”, ni departamentos de Estado, ni embajadas, ni partidos políticos, ni policías, ni militares, ni nada… porque todos los mencionados son parte de aquella diabólica conspiración del 28 de junio de 2009 contra las más sagradas aspiraciones de los hondureños. Ellos han ensamblado la máquina de muerte que recorre todo el territorio hondureño. Tienen “operarios” de sobra para mantener la máquina “a punto”, desde el nivel sico-social hasta el nivel “operativo” del simple acto de sacar del camino de un solo pistoletazo de sicario a los individuos que “estorban”. El poder de quienes están detrás de esa máquina es absoluto. ¿Quién los detiene? ¿El pueblo en las calles? ¿Los maestros en las calles? ¿Los estudiantes y los padres de familia en las calles? ¿Las mujeres en resistencia en las calles? ¿La juventud en las calles? ¿Los artistas en las calles? ¿Quién los detiene?
Este es el momento en que Honduras no espera nada de nadie en la comunidad internacional. El pueblo hondureño está solo en esta encrucijada histórica. De alguna manera también se siente solo al observar dentro de la misma Resistencia actitudes tan negativas y egoístas que más bien favorecen el perfeccionamiento de esa máquina de matar a la que nos referimos en esta nota.
Honduras está sola en esta lucha por su propia sobrevivencia como nación y como pueblo. Honduras está sola ante un monstruo diseñado para destruir su voluntad de lucha. En la comunidad internacional nadie se atreve a dar la voz de alerta sobre la existencia de este monstruo asesino creado por los golpistas y sus inspiradores en los centros más oscuros del sistema de dominación internacional. Honduras es hoy por hoy el centro de experimentación de los métodos más bárbaros de control social, todo para evitar lo que tarde o temprano el mismo pueblo ha anunciado: el rescate de la soberanía popular y la elaboración de una nueva Constitución que garantice la inclusión de los sectores populares eternamente excluidos de las grandes decisiones nacionales.
Ante un asesinato más, (que a nadie le extrañe si mañana la máquina asesina acaba con la vida de otro resistente), la impotencia que me invade al momento de escribir esta nota es indescriptible. Pero no pierdo la esperanza en mis queridos hermanos de Honduras, como tampoco pierdo la esperanza en los sectores más positivos y visionarios del Frente Nacional de Resistencia Popular. Esta hora es triste, muy triste. Los asesinos sacaron del camino a Emmo Sadloo. La máquina asesina puesta en acción desde el 28 de junio de 2009 seguirá actuando de acuerdo con su propia lógica. Pero que no le quepa duda a nadie: en la misma medida en que la lógica asesina de la dictadura se manifiesta, así también se acercará el día en que sus diseñadores y operadores tendrán que responder a la acción justiciera del pueblo hondureño. Que nadie lo dude.
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