domingo, 11 de abril de 2010

URGE MEL



Por Diana Canales

Urgimos al presidente Manuel Zelaya a pronunciarse, a emitir un alerta internacional de emergencia y a comunicarse con el titular del ejecutivo, Porfirio Lobo, para que detenga el acecho a los campesino del MUCA y cancele cualquier propósito que pueda resultar funesto para las personas en la comunidad del Aguán.

Sabemos que el presidente Zelaya, a pesar de la represión a que ha sido sometido por el golpismo y sus dos regímenes, ha intercedido, de maneras prudente y silenciosa, como un patriota y gentil componedor para favorecer la reanudación de las relaciones internacionales de Honduras.

Más que una agresión física armada contra los campesinos, las movilizaciones militares podrían estar destinadas a crear un ambiente de sosobra y de provocación para desestabilizar psicológicamente a la población, a fin de incitar a una reacción que después sirva a los grupos de represión policial, militar y para militar, como supuesto motivo para someterlos por las armas. Aún con resultados trágicos para todos.

Demandamos al régimen sucesor a que se abstenga del hostigamiento, del ataque armado, y de toda forma de violencia; y a esperar la respuesta de los campesinos en permanente y verdadera calma, como corresponde a un Estado responsable por guiar el proceso de readecuación agraria.

Llamamos al régimen sucesor a que reflexione sobre lo contra producente que le resultaría una catástrofe humana para su imagen y para sus intenciones de mostrarse como un gobierno en apariencia legítimo, de reconciliación y respetuoso de los derechos humanos; en su propósito -sincero o no- de conducir al país a su reinserción en la comunidad internacional y en sus organismos de ámbito mundial de los que ha sido aislado en rechazo al golpe de Estado que todavía persiste.

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Lo que con vehemencia solicita Diana Canales es lo lógico, lo moralmente aceptable, lo que la realidad dicta en el momento actual. Pero estos son buenos deseos...Buenos deseos, nada más...

Estos deseos de armonía entre hondureños chocan con la codicia y la perversidad que caracteriza a quiénes no llevan en su sangre y ser, la idiosincracia hondureña; chocan contra el desmedido afán, patológico, de acumular riqueza y poder político de aquellos que no les importa asesinar para lograr tales objetivos: ellos convirtieron el dinero en el Dios de sus conciencias.

Ningún llamado a la cordura hará que Miguel Facuse y el nicaraguense Reyes, bajen el nivel de agresión contra los hondureños del Bajo Aguan ;ese es su nivel de conciencia. Por el dinero son capaces de todo. Esta es la formación del burgués-terrateniente: hacer que la acumulación de capital chorre sangre, pues es ley del capitalismo salvaje la ganancia por encima de cualquier valor humano. Ellos no compartirán un tan solo lempira con otros semejantes, pues la cultura del capitalista es el amor desaforado a su modelo de vida que es el hartazgo vergonsoso.

Cualquiera podría preguntarse: ¿Por qué el señor Facuse no se queda con la enorme fortuna que ha acumulado hasta ahora y deja vivir tranquilamente a los hondureños? Pues porque esa no es la sicología del capitalista; su conducta y comportamiento se circuncribe en la máxima "tanto tienes tanto vales"; para ellos su vida se desenvuelve en el "tener" y no en el "ser", y aquellos que quieran hacerles creer y practicar el paradigma del compartir, simplemnte serán apartados con inusitada violencia.

Es más, el afán por acumular capital, no es con el ánimo de usarlo, como lo hacen quienes viven justamente al borde de la miseria, sino más bien para conservarlo y ampliarlo con fines de dominación social, mediante el expediente del poder político y sus aparatos represivos.

Muchos creen que estos comportamientos son intersubjetivos, pero no es así, pues en la lógica y dinámica del modo de producción todo está programado, hasta lo más nimio como la caridad y el filantropismo pequeñoburgues. Este oprobioso sistema de explotación humana no puede vivir sin plusvalía, ley fundamental que rige su subsistencia, por lo tanto, luchará con todos los medios para sobrevir a cualquier proceso que intente socabar su naturaleza de expoliación.

Por ello es que si bien es cierto que Diana Canales tiene razón en su propuesta de conciliación, para Miguel Facuse y sus hombres tarifados, la conciliación es que le dejen las tierras, la palma africana y los hombres que allí trabajan, para seguirlos explotando. Esta es la moral del burgués y no cambiará nunca, al menos que un proceso de cambios liquide la causa que la provoca: la propiedad privada sobre los principales medios de producción.

También es explicable que hayan hondureñós que sólo teniendo como propiedad sus cuerpos, apoyen iniciativas como las de Miguel Facuse y las del nicaraguense Reyes.

Una salida, sin menoscabar la existencia del capitalismo dependiente hondureño, podría ser una propuesta de economía mixta para el Valle del Aguan, pero... quién estaría obligado hacerla es el Gobierno de Pepe Lobo; no obstante, este no es más que un apéndice, una sucursal, de las propiedades del tío Mike. (Oscar Amaya Armijo)

Fuente: honduraselogoali.blogspot.com


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