Por Chevige González Marcó
El presidente de Costa Rica, supuesto "mediador" en la crisis hondureña propone la conformación de un gobierno de "conciliación", es decir, donde participen los golpistas. También indicó que tratará de persuadir al Presidente Zelaya para que abandone la idea de consultar al pueblo sobre la Asamblea Constituyente.
El presidente de Costa Rica, supuesto "mediador" en la crisis hondureña propone la conformación de un gobierno de "conciliación", es decir, donde participen los golpistas. También indicó que tratará de persuadir al Presidente Zelaya para que abandone la idea de consultar al pueblo sobre la Asamblea Constituyente.
El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, se quitó la careta con respecto a las verdaderas intenciones de su mediación en la crisis hondureña. En entrevista concedida a una radio de su país, Arias indicó cuales serían las cartas con que jugaría: "voy a proponer varias ideas, por ejemplo, instaurar un gobierno de reconciliación nacional, una coalición con ministerios clave como: Finanzas, Seguridad, Interior o Gobernación. Ver si se puede hablar de una amnistía y para quienes. Además, el presidente Zelaya debería abandonar su pretensión de una cuarta urna".
Ante semejante imprudencia de Arias, de desenmascararse por completo, las grandes agencias y medios pro-imperialistas prefirieron tomar de su declaración la referencia a que para superar la crisis no bastaba "sólo" con la renuncia del dictador Micheletti, para quien Arias dispensa el trato de "don".
Es evidente la jugada, el jefe de estado costarricense, que forma parte de los grupos y clanes que se podrían denominar como "los dueños de Centroamérica", con íntimas relaciones con representantes de las corriente más cavernícolas de la política mundial como José María Aznar, pretende torcer el brazo al Presidente Zelaya.
Ahora para Arias, la posibilidad de que el pueblo hondureño decida sobre una Asamblea Nacional Constituyente es una "pretensión" de Zelaya. Ahora a quienes secuestran a un Presidente, falsifican documentos, cierran medios de comunicación, detienen ilegalmente a centenares de personas y son responsables de por lo menos tres ciudadanos asesinados, deben ser premiados con ministerios.
Imaginemos a personajes como Billy Joya, actual "ministro" de Micheletti, con largo prontuario como violador de los derechos humanos ocupando el ministerio de Seguridad, a nombre de la "reconciliación nacional". Imaginemos que significa que las finanzas de Honduras pasen a estar a cargo de los grandes empresarios que respaldan abiertamente el golpe de estado.
Como siempre personajes como Oscar Arias, que en realidad desprecian la democracia y sólo creen en los intereses de su clase y en lo que le ordenan desde los imperios, se olvida de algo en su esfuerzo de tratar de doblegar al Presidente Zelaya, se olvida del pueblo, se olvida que quienes por miles permanecen protestando en las calles de toda Honduras, quienes desafían a la dictadura, no exigen sólo el retorno de zelaya, sino la convocatoria sin paso previo a una Asamblea Nacional Constituyente.
Señor Oscar Arias, sobre el pueblo hondureño y sobre los pueblos de Latinoamérica que lo acompañan usted no podrá pasar. Por cierto, que al destapar sus barajas, Arias también desnudó las intenciones de la señora Hillary Clinton y de quienes en Estados Unidos promovieron y apoyan a los golpistas hondureños.
Ante semejante imprudencia de Arias, de desenmascararse por completo, las grandes agencias y medios pro-imperialistas prefirieron tomar de su declaración la referencia a que para superar la crisis no bastaba "sólo" con la renuncia del dictador Micheletti, para quien Arias dispensa el trato de "don".
Es evidente la jugada, el jefe de estado costarricense, que forma parte de los grupos y clanes que se podrían denominar como "los dueños de Centroamérica", con íntimas relaciones con representantes de las corriente más cavernícolas de la política mundial como José María Aznar, pretende torcer el brazo al Presidente Zelaya.
Ahora para Arias, la posibilidad de que el pueblo hondureño decida sobre una Asamblea Nacional Constituyente es una "pretensión" de Zelaya. Ahora a quienes secuestran a un Presidente, falsifican documentos, cierran medios de comunicación, detienen ilegalmente a centenares de personas y son responsables de por lo menos tres ciudadanos asesinados, deben ser premiados con ministerios.
Imaginemos a personajes como Billy Joya, actual "ministro" de Micheletti, con largo prontuario como violador de los derechos humanos ocupando el ministerio de Seguridad, a nombre de la "reconciliación nacional". Imaginemos que significa que las finanzas de Honduras pasen a estar a cargo de los grandes empresarios que respaldan abiertamente el golpe de estado.
Como siempre personajes como Oscar Arias, que en realidad desprecian la democracia y sólo creen en los intereses de su clase y en lo que le ordenan desde los imperios, se olvida de algo en su esfuerzo de tratar de doblegar al Presidente Zelaya, se olvida del pueblo, se olvida que quienes por miles permanecen protestando en las calles de toda Honduras, quienes desafían a la dictadura, no exigen sólo el retorno de zelaya, sino la convocatoria sin paso previo a una Asamblea Nacional Constituyente.
Señor Oscar Arias, sobre el pueblo hondureño y sobre los pueblos de Latinoamérica que lo acompañan usted no podrá pasar. Por cierto, que al destapar sus barajas, Arias también desnudó las intenciones de la señora Hillary Clinton y de quienes en Estados Unidos promovieron y apoyan a los golpistas hondureños.
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