Por Mario Sosa
La estrategia de violación sistemática a los Derechos Humanos impulsada por el régimen golpista de la elite criminal que controla el Estado hondureño, constatada por la Misión Internacional de Derechos Humanos en su informe del 23 de julio, es cada vez más evidente. Toques de queda para reprimir el derecho a la comunicación y la libertad de expresión expresada en múltiples hechos como las amenazas, suspensión, ametrallamiento y militarización de medios como Radio Progreso, Radio Globo, TV Maya y Canal 36; violaciones a la libertad personal y al derecho a la organización, locomoción y movilización política de quienes exigen la restitución constitucional; represión policial y militar de luchadores por la libertad que se dirigen a encontrarse con el legítimo presidente de Honduras, apresamiento del ciudadanos comunes y líderes sociales y políticos (cerca de mil quinientos); reclutamiento militar forzoso, amenazas, desapariciones forzosas, secuestro, tortura y ejecuciones extrajudiciales de jóvenes y adultos, como el de Pedro Muñoz, un joven de barrio popular decido a luchar por la democracia como tantos miles de hondureños. Estas ejecutorias se suman a la expulsión de diplomáticos, la censura de medios independientes y críticos, las agresiones psicológicas y físicas contra periodistas locales e internacionales, el secuestro, exilio y todavía temporal derrocamiento del Presidente Zelaya. Todos estos hechos nos pintan algo que no pude llamarse de otra manera: DICTADURA CRIMINAL.
El último reporte llegado a nuestras manos, nos habla del aumento de la resistencia popular y como parte de esta, la construcción de espacios alternativos de la resistencia, como la radio liberada hondureña www.radioeslodemenos.org, desde donde se está denunciando el entrenamiento de sicarios en la casa del militar “retirado”, Amílcar Zelaya, en la aldea Amarateca, situada a 25 minutos de Tegucigalpa, lugar que -se informa- ya ha sido utilizado para secuestros, torturas y eliminación de dirigentes. Denuncian, asimismo, que el grupo de paramilitares --en el que se incluyen grupos de seguridad de empresarios conocidos-- es dirigido por Billi Fernando Joya Améndola (Jean-Guy Allard), fundador de los Escuadrones de la Muerte y de los grupos Cobra. Hablan asimismo, que a cada sicario le están pagando 744 dólares mensuales, con quienes se encuentra preparando distintas acciones como: atentados contra la dirigencia estudiantil de la Universidad Nacional de Honduras (UNAH) y un auto-atentado en contra del golpista Roberto Micheletti como justificación para endurecer aun más la represión.
Es esta dictadura ilegal, ilegítima y criminal es la que sigue avalando el Estado de Estados Unidos como parte de su estrategia de desestabilizar y frenar los procesos democratizadores, revolucionarios y antiimperialistas en Latinoamérica. Es esta dictadura la que endulzan, avalan y hasta promueven cámaras empresariales, partidos de derecha, medios de información y difusión masiva, algunas expresiones religiosas (evangélicas y católicas), ya no digamos los organismos de carácter fascista organizados y articulados para promover la desestabilización política y, eventualmente, también dar un golpe de Estado en nuestro país. Estas expresiones y actores, que se dicen luchadores por la libertad y la democracia, claramente pro imperialistas, no son más que cómplices del golpismo y las acciones criminales en contra del pueblo hondureño.
Para enfrentar un golpe de Estado que no es sólo contra el pueblo y gobierno hondureño, sino contra todos nuestros pueblos latinoamericanos que avanzan en su liberación, debe partir de comprometer nuestro pensamiento, nuestra voz, nuestra orgánica, articular a nuestras organizaciones, crear redes de lucha por la democracia, e impulsar una lucha conjunta en lo ideológico, en lo político y en lo económico.
"Hacer es el mejor modo de decir"José Martí
Fuente: www.albedrio.org
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