Por Nelson Rentería
Censura y autocensura predomina en el periodismo en tiempos de golpe de Estado
SAN SALVADOR – Hasta el momento, la crisis política en Honduras ha dejado un joven muerto, decenas de heridos, tensión en Centroamérica, declaraciones y condenas internacionales, y sin embrago los hondureños y los medios de comunicación del vecino país tienen sus ojos puestos en los resultados de la selección de fútbol en la Copa de Oro.
Pese a que el golpe de Estado en contra del presidente Manuel Zelaya, perpetrado por militares y grupos de derecha el 28 de junio pasado, ocupa abundantemente la agenda de los medios de comunicación, la prensa hondureña ha desviado la atención a otros temas o apoya abiertamente al gobierno interino de Roberto Micheletti, según comentaron a Contra Punto diversos periodistas.
Los comunicadores también denunciaron que alrededor de 500 periodistas de medios y agencias internacionales que dan cobertura a los hechos, son presa constantemente de hostigamientos a la hora de realizar sus labores, o simplemente se les oculta información.
Roberto Hugo Preza, salvadoreño corresponsal de la cadena Tv Azteca, comentó que el domingo 28 de junio, día del golpe de Estado, viajó a Honduras para seguir de cerca los acontecimientos, y que en el trayecto hacia Tegucigalpa pidió al conductor prender la radio para conocer la situación, pero se encontró con la “sorpresa” de que en las radiodifusoras únicamente transmitían música.
La organización internacional en defensa de los periodistas, Reporteros Sin Fronteras (RSF), denunció que tras el golpe militar y el nombramiento de Micheletti, los medios que rechazaron esas acciones fueron objetos de censura o intervenciones, a diferencia de las empresas afines al nuevo Gobierno.
RSF indicó que unos veinticinco militares invadieron las instalaciones de Radio Progreso, una emisora administrada por jesuitas, y les obligaron a cerrar por completo toda programación.
Por su parte, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Honduras (Conatel) notificó a los diversos operadores de cable que suspenderían la retransmisión de canales internacionales informativos, entre ellas la estatal venezolana Telesur y la estadounidense CNN Español, las dos estaciones que más han estado cubriendo los acontecimientos en Tegucigalpa.
“La represión militar no ha afectado a los medios favorables al gobierno de facto, como las emisoras Radio Honduras Nacional (RHN), Radio Cadena Voces y Radio América, las televisoras Canal 5 y Canal 10, y también los diarios La Prensa, El Heraldo y La Tribuna”, sostuvo RSF.
El corresponsal para Centroamérica del periódico estadounidense Los Angeles Times, Alex Renderos, sostiene que “esta prensa hondureña es la más atrasada” de la región.
“Parece una prensa que durante el golpe militar (…) estaba haciendo un lavado de cerebro durante todo el drama, ya que ponían programas evangélicos y católicos durante la crisis, programas musicales y, constantemente estaban repitiendo `honduras quiere paz”, expresó Renderos.
El periódico conservador hondureño La Prensa, en su edición del pasado miércoles 8 de julio, destacó que “en estos tiempos de división política en el país, nada mejor que el bálsamo de un triunfo de la Selección sobre Estados Unidos esta noche en la segunda fecha del Grupo B de la Copa Oro”.
Desinformación y ataques
Roberto Escobar, fotoperiodista de la agencia española de noticias EFE, comentó que en los primeros días del golpe “los dos bandos” –simpatizantes y detractores de Zelaya – se ensañaron contra los periodistas, pero ahora dice que las mayores presiones vienen de parte de los militares.
“Todo es muy, muy tenso, porque la gente te pregunta para qué medio trabajas y por lo menos, en mi caso la gente no sabe a qué medio represento”, dijo el fotoperiodista.
Diversos reporteros sostienen que algunas situaciones son contradictorias, porque al identificarse como “soy de prensa” suelen ser confundidos con el rotativo la Prensa de Honduras y se exponen a maltratos, mientras que si dan explicaciones de su medio no saben de qué están hablando y corren la misma suerte.
Roberto Hugo Preza, quién además pertenece a la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), dice que durante las coberturas de las manifestaciones a favor del retorno de “Mel” –como es conocido Zelaya—, las personas les gritan “digan la verdad”, mientras que los detractores de Zelaya les reprochan “las mentiras” que dice la prensa extranjera.
Por si fuera poco, sostiene que muchas personas desconocen la situación que está pasando en su país, ya que muchos medios de comunicación están “ocultando la información”.
Escobar, de EFE, dice que “es irónico porque cerca de los desvergues hay gente que ni sabe que está pasando”, y agrega que para muchas personas “la Copa esa donde juega Honduras es más importante”.
No menos importante es el boicot del que los periodistas independientes son objeto. Líneas telefónicas intervenidas, suspensión del servicio de Internet, policías infiltrados como reporteros que están pendientes sobre la información que se está dando al exterior; además el suministro de la energía eléctrica es irregular, situaciones que impiden un desarrollo pleno de la cobertura.
El fotoperiodista del periódico salvadoreño El Diario De Hoy, Mario Amaya, fue agredido y arrestado por policías mientras daba cobertura a una marcha en la ciudad industrial de San Pedro Sula, al norte del país.
“Nos están capturando, nos están capturando”, repetía con suma excitación la reportera de Telesur Adriana Sivori cuando soldados irrumpieron en su habitación de hotel para obligarla a suspender su transmisión en directo de una marcha en contra del nombramiento de Micheletti y el golpe de Estado.
Sivori y otros corresponsales de la agencia estadounidense Associated Press (AP) fueron capturados por efectivos castrenses, y posteriormente liberados, luego de la presión de los medios de comunicación a nivel internacional.
Periodistas confirmaron a ContraPunto que sus colegas “fueron sacados del hotel Marriot por un grupo de militares a punta de fusil”, y que luego de la acción tuvieron que instalarse en otro lado por seguridad.
El corresponsal de Tv Azteca, Roberto Hugo Preza, también sostiene que su camarógrafo, Héctor Ochoa, tuvo algunos inconvenientes al momento de hacer algunas tomas de vídeo. Igual suerte corrió un periodista de la cadena árabe de televisión Al Jazeera en una de las marchas.
Atropello de la información
Tras el golpe de Estado y la expulsión de Zelaya a Costa Rica, la prensa conservadora hondureña indicó que el mandatario no había sido depuesto del cargo sino más bien había “renunciado”, y que no había sido expulsado del país sino que “huyó”.
Alex Renderos, de LA Times, dice que muchos de los medios hondureños tienen “una prensa especuladora basada en el rumor y que cuando tiene hechos verdaderos, procede a distorsionarlos”.
“Es una prensa desinformadora, quizás peor que la salvadoreña, en el sentido de lo obvio y directo en su relación con los intereses del gobierno de facto y la élite “medieval” que controla a los medios”, dice Renderos.
El fotoperiodista de EFE resume su posición en que los “medios están vendidos”, mientras que Hugo Preza dice la información que esos medios manejan “está sesgada y a favor de Michelettí”.
José Luis Benítez, Director de la Maestría en Comunicación de la UCA, expresó que de acuerdo al seguimiento que lleva del tema, de parte de los medios hondureños no “hay una cobertura amplia”.
Agrega que, tras el golpe, muchos medios se “autocensuraron” y mucha de la información está disfrazada de propaganda.
RSF teme que el tratamiento de la información de los medios hondureños podría traer repercusiones a la seguridad de los periodistas cuando finalice el conflicto, ya que adoptaron una postura partidista.
“Esa forma de tomar partido editorial ha comprometido gravemente la seguridad de los periodistas y fotógrafos de dichos medios en las recientes manifestaciones. Y, a posteriori, podría desencadenar una caza de brujas”, dice la organización.
Por cierto, la selección “catracha” perdió ante los estadounidenses por 0-2 y, complicó su clasificación de los cuartos de final de la Copa de Oro, celebrada en Estados Unidos. En medio de la crisis política en el vecino país, La Prensa tituló: “Honduras no pudo y la historia se vuelve a repetir”.
Fuente: http://www.contrapunto.com.sv/
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